Alternativas responsables a actividades con animales



Vayamos donde vayamos, como turistas nos encontramos siempre con centenares de opciones. Podemos ver esto, hacer lo otro, comer aquello o comprar aquello otro. Y en cada una de estas decisiones, tenemos la oportunidad de ser viajeros responsables.

No es difícil encontrar actividades destinadas a los turistas que implican crueldad hacia los animales. Y por desgracia, no siempre es evidente cuándo estamos haciendo daño o no. Hay unos 900 millones de turistas al año por todo el mundo, por lo que la falta de información sobre ciertas actividades puede tener un impacto enorme en los animales.

Ya he hablado alguna vez en el blog sobre lo que significa el turismo puramente comercial para los animales, y sobre lo que puede significar viajar informado y tomar parte en actividades responsables (spoiler: ¡ser una mejor persona!).

El caso es que, como se acerca el verano y la época de irse de vacaciones, es conveniente recordar de nuevo que los animales no son objetos decorativos, instrumentos de entretenimiento o elementos exóticos para hacerse fotos.

Según la Asociación World Animal Protection, hay unas atracciones turísticas que destacan por perjudicar a los animales más que cualquier otra.

Hoy he decidido compartirlas contigo y, en vez de explicar exactamente por qué son crueles (¡en otra ocasión!), prefiero dejarte una alternativa para cada una sobre qué puedes hacer en su lugar.



1. Montar en elefantes -> Visitar un santuario de elefantes

Hay otras maneras de acercarse a estas majestuosas criaturas, como por ejemplo visitar un santuario (real) de elefantes y ayudar en su cuidado. Hay muchas oportunidades en Asia (Vietnam, Tailandia, Sri Lanka) y algunas en África (¿has oído hablar del centro DSWT?) que seguro que te dejarán boquiabierto. Puedes leer sobre el tema aquí y aquí.



2. Coger tortugas marinas -> Patrullar playas de tortugas

En vez de coger huevos o pequeñas tortugas marinas que inician su viaje en la costa, puedes tener una gran experiencia de voluntario patrullando las playas, observando los nidos, y asegurándote de que las pequeñas tortugas están en un ambiente seguro. Puedes hacer esto tanto en lugares lejanos como Costa Rica, como en Grecia o Italia. Aquí tienes más información.



3. Monos bailarines -> Visitar un centro de rescate de primates

A causa de su gran inteligencia, los primates (sobre todo los monos, por su tamaño) son utilizados como objetos de entretenimiento, sea como bailarines, como camareros o como elementos exóticos para hacerte una foto “divertida”. En lugar de formar parte de esto, puedes elegir una visita o un corto voluntariado en centros de rescate de primates, como por ejemplo Rainfer o la Fundació Mona. Puedes encontrar más información aquí, o visitar las oportunidades de voluntariado en España aquí y aquí.


4. Selfies con tigres -> Avistamientos en parques nacionales

Tener una foto con un tigre no te hace guay. De hecho, te hace cómplice de un sistema muy, pero que muy oscuro. ¿Por qué no optar por algo mucho más real? Puedes visitar parques nacionales o parques naturales con un guía que te ayude a realizar avistamientos –responsables y respetuosos- de la fauna del país. Y sí, eso puede incluir tigres, elefantes, osos o gorilas de espalda plateada. Tienes más información aquí y aquí.



Otras actividades que perjudican a los animales y que puedes sustituir por alternativas son los espectáculos de los encantadores de serpientes (¡mejor apostar por la cultura local y visitar espectáculos y danzas del lugar!), las granjas de cocodrilo (que puedes cambiar por una aventura en kayak), los paseos con leones (¿has oído hablar de los safaris fotográficos?), o los espectáculos con cetáceos (fácilmente sustituibles por avistamientos en el mar responsables, o por proyectos de voluntariado de conservación marina).

También es importante asegurarse de que cualquier servicio o actividad que contratas se preocupe de realizar un turismo responsable y sostenible. Además, otra manera de ayudar a los animales y ser responsable es generar la menor cantidad de residuos posible, respetar la cultura y la naturaleza de donde vayas, y no comprar ningún souvenir hecho de animales.

Como dicen en Turismo FAADA, nuestros encuentros con animales deberían ser una manera más de conectar con la naturaleza, un recuerdo de que formamos parte de ella y de que tenemos la responsabilidad de cuidar de ella.

¡Yo este verano voy a ser responsable! ¿Y tú? ¿Qué planes tienes para disfrutar de unas vacaciones cruelty-free?

Fuente: este post proviene de La Vida Uve, donde puedes consultar el contenido original.
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Etiquetas: Turismo Responsable

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