Hasta aquí ningún problema, porque es evidente que no queremos que nuestros productos de cuidado personal se contaminen, por lo que dependiendo de los ingredientes que lleven, el uso de conservantes es obligado. El problema con el triclosán es que algunos datos científicos sugieren que esta sustancia actúa de forma similar a los antibióticos y su uso frecuente podría dar lugar a bacterias resistentes.
Imagen: Organicus
Lo explico un poco mejor: cuando uno toma fármacos como son los antibióticos, lo hace con el fin de matar aquellas bacterias que le están causando una enfermedad determinada. Pues bien, resulta que estos seres microscópicos (las bacterias, claro) desarrollan a menudo la capacidad de ?esquivar? a estos fármacos, sobre todo si estos se toman de forma indiscriminada y continua. De este modo, los antibióticos dejan de ser efectivos para el tratamiento de la enfermedad, porque no son capaces de matar las bacterias. Básicamente, las bacterias se vuelven resistentes a ellos. Si esto sucede, se puede originar un grave problema de salud pública, dado que pueden empezar a pulular bacterias con capacidad infectiva que no responden a ningún tratamiento, y si nos infectan, a ver cómo nos tratamos? por no hablar de las pérdidas económicas que esto genera en el sistema de sanidad público. Entonces, ¿cómo podemos evitar crear resistencias? Pues utilizando correctamente los antibióticos, sólo en casos en los que sea estrictamente necesario. Por ende, esto también lo deberíamos aplicar en el caso del triclosán, dado que hemos dicho que este actúa de forma similar a los antibióticos.
Y la historia no acaba aquí. Para más inri, el triclosán ha demostrado ser ecotóxico, en concreto contra las algas en ambientes acuáticos. Asimismo, algunos estudios en animales apuntan a que este compuesto puede tener un posible efecto desregulador sobre la glándula tiroides, aunque no se ha podido corroborar en humanos. Vamos, que el compuesto apunta maneras?
Pero independientemente de todo esto, el panel de expertos de la Comisión Europea (CE), el de Estados Unidos (FDA) y Canadá han declarado que, a las dosis utilizadas, el triclosán no presenta un riesgo para la salud humana ni tampoco para el medio ambiente. Ahora bien, siguen revisando la seguridad de este ingrediente y recopilando más estudios científicos para confirmar o refutar sus posibles efectos. Mientras tanto, nosotros como consumidores también podemos elegir lo que compramos, claro está. Podemos apostar por productos de higiene personal que utilicen otro tipo de conservantes, o bien por productos que no los requieran porque están basados en aceites y mantecas (pero esto no es siempre posible). En cualquier caso, mientras se continúa investigando, podemos ejercer nuestro derecho a decidir sobre lo que compramos y lo que no.
Referencias
Triclosan andAntibiotics resistance. Public Health.
Tatarazako N (2004). Effects of triclosan on various aquatic organisms. Environ Sci.