Ya os lo contaba en otra entrada sobre los maravillosos veranos en Patones, guardo muy buenos recuerdos de cuando era pequeña en esta casa: cuando utilizaba las cortes de los cerdos como una “jueguetería”, cuando nos subíamos en el remolque y hacíamos casitas, cuando pasaba las noches del frío invierno mirando la lumbre.
Y Julia lo tiene claro, a ella le gusta la casa de “El abuelo” porque puede ir a buscar los huevos, salir al corral de la mano del abuelo con la garrota tamaño mini, ayudar a plantar en las preciosas macetas de Richi, regar el huerto con Isa, pintar murales o simplemente corretear.
Pero antes de todo esto, hubo muchos niños que jugaron en el corral de la casa. Incluso en la casa del abuelo Justo nacieron varios nietos como Raúl, Angelines y Marina y sus primeros juegos y correrías fueron en el corral donde debían compartir espacio con los animales que vivían también allí como gallinas, perros, gatos, ovejas, cabras, vacas y una yegua blanca del abuelo. Aun así, había sitio para jugar y esconderse en el pajar cuando se les iba la mano con alguna travesura La infancia en un pueblo y en una casa con animales es de las mejores cosas que le pueden pasar a un niño.
Debe ser por eso que los fotógrafos de Cucuflash eligieron nuestra casa para tomar algunas fotografías del calendario 2017 de los niños de Patones que precisamente va sobre juegos tradicionales.
Cuando por fin terminemos las obras y comencemos con la casa rural me encantará que vengan familias con sus hijos pequeños para que puedan vivir esos momentos tan especiales que solo se viven en las casas de pueblo. Intentaremos que los más pequeños se sientan a gusto, hasta estamos preparando algunos muebles para ellos de los que ya os hablaremos. Y quien sabe, seguro que alguno encuentra un huevo azul, recoge un tomate o se lleva los bolsillos llenos de piedrecitas.
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