10 plantas para tu cocina que puedes cultivar en casa

ultivar en casa es posible. Ya sea en muros verdes o en macetas, en el jardín o en interiores, todo lugar de tu casa puede funcionar como un pequeño huerto. En un balcón, una terraza, o en una habitación bien ventilada e iluminada, puedes cultivar estas plantas y obtener sus frutos, raíces y hojas para utilizarlas en tu cocina.


 

Esto tiene múltiples ventajas, pues enverdecerás tu hogar, lo harás más sustentable y tendrás a la mano los ingredientes más frescos para tu cocina, y así podrás evitar comprarlos en el supermercado. Sólo no olvides que siempre funcionan mejor las regaderas para darles agua a las plantas en lugar de los chorros directos, y que hay muchas opciones para nutrir la tierra, como los abonos orgánicos, que te ayudarán a darle vida a tus plantas. https://micomunidadcatolicaglobal.com/hierbas-para-plantar-en-tu-casa

PUBLICIDAD A continuación te mostramos cómo cultivar tus semillas y germinados de una forma sencilla, que te hará obtener los mejores resultados.

Aguacate Riego: Constante, tierra húmeda.
Luz: Semisombra.

Al hueso del aguacate debes ayudarlo a germinar. Sólo déjalo unas horas en agua para que ablande y clávale cuatro palillos en forma de cruz para que, en un recipiente, pueda mantenerse a flote y sólo la base del hueso esté en contacto con el agua. En 1 mes o menos verás cómo empieza a germinar, rompiendo la corteza. Así ya puedes plantarlo en una maceta y esperar el resultado.

Se trata de un árbol, así que debes ser paciente y trasplantarlo cuando sea muy grande para la maceta.

Cebolla Riego: Abundante. Disminuir una vez formados los bulbos.
Luz: Directa o semisombra.

PUBLICIDAD Para tener abundante cebolla en tu cocina, sólo tendrás que comprar una y cortar la tapa. Déjala unos días al aire, hasta que se seque un poco. Luego colócala en la maceta, apenas con un poco de tierra y sustrato alrededor. En pocos días brotarán tallos, y en unas semanas se enraizará con fuerza. También puedes esperar a que germine por sí sola, como en el caso del jengibre, y plantarla dejando 1/4 de la cebolla afuera con el tallo hacia arriba.

 

Lechuga Riego: Constante, tierra húmeda.
Luz: Sombra, en lo que brota, y luego semisombra.

Sin semillas es posible producir abundantes matas de lechuga. Sólo consigue los corazones de ésta, corta sus bases y colócalas en cualquier recipiente con poca agua; en 2 semanas, habrá rebrotado. Después sólo siémbrala en una maceta, cubriendo la cabeza y dejando el brote en la superficie.

Lo bueno es que casi no le afectan las plagas, y estará dando abundantes hojas hasta que llegue el momento de plantar otro turno de lechugas.

 

Zanahoria Riego: Constante, tierra húmeda.
Luz: Directa o semisombra.

Los pasos son sencillos: debemos poner la parte de arriba de la zanahoria en un recipiente con poca agua durante unos días para ver cómo evoluciona, teniendo cuidado de que no se pudra. Esto porque hay que conseguir que brote una raíz del tallo, lo cual puede tardar entre 1 y 2 semanas. Una vez que crezca, se cubre la base con tierra, dejando la raíz por fuera.

Te recomendamos poner varios de estos brotes en una serie de macetas rectangulares. Su crecimiento es lento, así que no desesperes.

 

Albahaca Riego: Moderado.
Luz: Directa o semisombra.

La albahaca se siembra preferiblemente en semilleros, aunque también se puede hacer  directamente en la maceta. La mejor época para que salga bien el cultivo de la albahaca es la primavera, y debes mantenerla alejada del frío y el viento. Sólo tienes que conseguir una planta con buenas y fuertes raíces, y sembrarla.

Lo bueno de esta planta es que ahuyenta a las plagas, ayudando a tus otros cultivos a estar sanos.

 

Jengibre Riego: Constante, tierra húmeda.
Luz: Semisombra.

El jengibre germina sin ayuda, pero si lo dejas en agua toda la noche, el proceso será más rápido. Sólo planta una pieza con los brotes más grandes hacia arriba y mantenlo bien hidratado y alejado de las bajas temperaturas, sobre todo al principio. Puedes tenerlo en macetas grandes y plantar varias piezas. Su mata es fina y muy bonita, así que es una planta ideal para estar en tu cocina.

 

Ajo Riego: Constante, tierra húmeda.
Luz: Mucha luz.

Con una sola cabeza puedes empezar tu cultivo, separando los dientes y dejando intacta la cáscara. Entiérralos con suficiente espacio entre cada uno, unos 8cm aproximadamente, y mantenlos por lo menos 8 horas a la luz. Es recomendable empezar en verano, para que aprovechen al máximo la luz solar y no tengas que hacer esfuerzos extra.

 

Chile de árbol Riego: Constante, tierra húmeda.
Luz: Constante, pero no en exceso. Procura que también tenga sombra.

Este tipo de chile se da perfectamente en macetas. Sólo coloca unas 15 semillas en una tapa con poca agua, cúbrela con una tela y espera a que germinen. Esto tardará unas 2 semanas. Luego planta las semillas, dejando el brote en la superficie; puedes ayudarte de unas pinzas.

Es preferible cultivarlo a finales de invierno, para que la temperatura de la primavera le ayude a crecer y desarrollarse sin problemas.

 

Fresas Riego: Constante, tierra húmeda
Luz: Constante, pero no en exceso. Procura que también tenga sombra.

Hay muchas variedades de fresa; algunas —llamadas de cosecha perpetua— dan sus frutos todo el año, y otras sólo en verano. Existen macetas especiales, pero puedes cultivarlas en cualquier maceta de buen tamaño (pues su follaje es abundante), o incluso en un saco, para que cuelguen de un balcón.

Consigue las matas en una tienda especializada —ya que plantar semillas es más difícil y costoso— y entierra sus raíces a poca profundidad. Mantenlas hidratadas y cuida el tiempo que están expuestas a la luz.

 

Manzanas Riego: Constante, tierra húmeda.
Luz: Directa.

Puedes obtener las semillas de la manzana que te comas. Sécalas bien hasta que pierdan la humedad de afuera, y luego mételas en el refrigerador envueltas en un papel húmedo. Debes mantener húmedo el papel, poniéndolo dentro de una bolsa. En 1 semana habrán germinado; podrás plantarlas en una maceta grande, y esperar a que crezca el árbol que te dará sus jugosos frutos.

Recuerda trasplantarlo cuando esté muy grande, como el del aguacate.

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