Así es el creciente alcance de la biología de la conservación

La relación entre las personas y su medio ambiente ha sido un tópico con muchas facetas variadas que han cambiado y evolucionado a lo largo de la historia humana desde tiempos remotos. Ciertos aspectos de la biología de la conservación del medio ambiente fueron desarrollados por civilizaciones antiguas independientemente por fruto de la necesidad.

Las civilizaciones que dependían de la agricultura cómo principal medio de sustento desarrollaron políticas y planes para la ordenación y el buen manejo de los terrenos cultivables; de igual manera las civilizaciones que tenían una cultura basada alrededor de la ganadería o crianza de animales tuvieron en su momento medidas y regulaciones que velaban por el bienestar de las especies de las que dependían. Se respetaba al medio ambiente en la medida que sustentaba a las comunidades.

Pero una comprensión profunda sobre la biología de la conservación del medio ambiente no llegaría sino hasta mucho después, a finales del siglo XVIII cuando se reconoció el valor ambiental más allá de ser un repositorio para los recursos que la humanidad consumía. 

La idea de que la naturaleza tenía un valor intrínseco y que protegerla era el deber cívico de los ciudadanos cobró fuerza en la era de la ilustración y posteriormente se nutrió del creciente desarrollo de disciplinas científicas como la biología, la botánica, la zoología y especialmente la ecología.

A medida que las ciencias desarrollaron una metodología científica que les permitiera describir e ilustrar verazmente, las interacciones que dan forma al medio ambiente dieron forma al nuevo campo de la biología de la conservación.

Comprensión y conservación

Partiendo de la premisa de que conocer el medio ambiente es indispensable para su conservación, la biología de la conservación se vale del conocimiento teórico de la biología y las correlaciones ambientales de la ecología para generar modelos que replican con precisión el funcionamiento del medio ambiente.

Estos modelos se están convirtiendo en el presente en herramientas invaluables, pues permite simular los efectos de diversas acciones humanas sobre el medio ambiente, lo que permite efectivamente predecir las consecuencias de las acciones humanas sobre los ecosistemas y mantener una noción realista del grado de daño que ha sufrido el medio ambiente.

Por esta razón también brindan una ayuda inestimable en el campo de la conservación de los hábitats y la biodiversidad. Gracias a las estimaciones ecológicas es posible hacerse una idea del papel específico que desempeña una especie dentro de un ecosistema y, por consiguiente, anticipar qué tipo de efectos tendría una disminución o desaparición de dicha especie. 

Este conocimiento permite localizar cuáles son los puntos más vulnerables del medio ambiente a nivel de biodiversidad y enfocar los esfuerzos de conservación alrededor de ellos. De esta manera el conocimiento de la ecología permite un mejor uso de recursos que en el tiempo recae en una mejor labor de conservación.

Conservar por el futuro

Actualmente vivimos tiempos complejos desde el punto de vista de la conservación y la ecología. Matemáticamente hemos alcanzado una diminuta comprensión de la inmensa biodiversidad que nos rodea y el incalculable valor que esta posee. 

Al mismo tiempo, hemos ganado una comprensión suficiente sobre el funcionamiento del medio ambiente para darnos cuenta de que nos hallamos a mitad de una crisis ecológica caracterizada por la pérdida de biodiversidad y la degradación de los ecosistemas.

En estos tiempos tan decisivos, la biología de la conservación debe servir la doble función de ayudarnos a iluminar los misterios que aún rodean a la ecología al mismo tiempo que nos ayuda a preservar lo mejor posible las riquezas naturales que ya conocemos.

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Etiquetas: SOSTENIBILIDAD

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