"Las autoridades no hacen nada": Desatienden caso de acoso sexual en Radio Educación

Radio Educación celebró recientemente la fiesta de su lanzamiento como señal pública a la FM, pero este se ha visto opacado por un caso de acoso sexual.

 

Aun cuando en el gobierno federal existe un Protocolo para la Prevención, Atención y Sanción del Hostigamiento Sexual y Acoso Sexual, la redactora Wendy Lorena Ortiz Ávalos acusa a la dirección de la emisora pública, que encabeza Antonio Tenorio, y al menos a otros dos funcionarios, de omisión en el delito de acoso sexual y abuso sexual en grado de tentativa cometido en su contra por el operador Raúl Núñez Toledo, y por no detener el clima de violencia laboral que se ha creado en su entorno después de que decidió denunciar a su agresor.

 

Han pasado 16 meses desde que Wendy fue hostigada en las instalaciones de la radiodifusora pública y su estabilidad emocional, sicológica y laboral, afirma, “se ha visto afectada”. A la agresión se han sumado al menos otros tres ataques verbales de Núñez Toledo y la situación ha revelado un clima laboral que parece sintomático en todo el país: Wendy comenzó a ser blanco de burlas de sus propios compañeros sólo por el hecho de denunciar. “Todo mundo comenzó a burlarse de mí, a decirme tú tienes la culpa, eres una perra, a hacer burlas en mi cara”, dice.

 

La denuncia de acoso se hizo pública por decisión de la propia redactora y hasta hoy suma una denuncia penal ante un Ministerio Público de la alcaldía de Miguel Hidalgo (carpeta CI-FMH/MH-4/UI-2 S/D/01747/05-2018); una denuncia ante el Comité de Ética y de Prevención de Conflictos de Interés de Radio Educación, que preside Alejandro Arana Velázquez (caso CE-002/17); otra más ante el Órgano Interno de Control de la Secretaría de Cultura y una carta —vía correo electrónico— en la que le comunica a la secretaria de Cultura, María Cristina García Cepeda, del caso.

 

En la denuncia penal, cuya copia posee Excélsior, Wendy relata que el 10 de julio de 2017, cuando acudió al Estudio E (que opera Núñez Toledo) para realizar “una rubrica con música y voz”, se percató de que en la computadora personal del operador había “iconos de videos pornográficos”. Ella preguntó si regresaba en otro momento a lo que él respondió: “¡Ahorita los quito, es para una tarea!” y después le preguntó si ella no tenía videos de este tipo, y le contestó “un NO rotundo”.

 

“Pocos minutos después, el C. Raúl Núñez cerró la puerta del estudio de grabación en la estación de radio de la sección de Noticias, y me jaló del brazo derecho hacia él en tres ocasiones, con la intención de que me acercara; trató de pegar su cuerpo al mío o rozarme y me decía ven, mirando de manera morbosa hacia sus piernas y área genital, dándome a entender que me sentara ahí (…) No me lastimó en ese momento, pero me sentía con miedo a que algo más me pasara o me agrediera de una forma mayor”, continúa el relato.

 

Según el documento, Wendy vio a los ojos a su agresor. “Estaba extrañada y confundida, me puse muy nerviosa, no supe cómo reaccionar mientras lo veía, tenía miedo, tuve pánico ante la situación de invasión a mi persona y mi cuerpo”. Ella retrocedió y abrió la puerta. “Pensé en gritar, pero me paralicé de miedo. Traté de controlarme y le dije: ¡vamos a trabajar! Y seguí trabajando con él, muy confundida, pues hasta la fecha habíamos tenido una relación laboral cordial”.

 

SÓLO CURSOS EN LÍNEA

 

Cuando el 4 de junio de 2018 Wendy se sentía “en la orfandad” y no había sucedido nada desde que hizo su denuncia ante el Comité de Ética, en septiembre de 2017 decidió escribirle directamente a la secretaria de Cultura. Yolanda Jiménez, jefa de la oficina de la secretaria, contestó a nombre de García Cepeda unas horas después de recibido el correo electrónico de la redactora: en su comunicación, instruía a Antonio Tenorio a “dar seguimiento puntual a la resolución que emita el Comité de Ética” sobre el caso y a mantener informada a la denunciante.

 

Lo que no habían hecho en un año, lo resolvieron en 15 días”, dice Wendy. El 22 de junio de este año, el Comité de Ética emitió el acuerdo SE/II-18/02,R en el que determina dar vista del caso al Órgano Interno de Control de la Secretaría de Cultura, porque considera que “existe una probable responsabilidad administrativa” de Núñez Toledo y recomienda a éste realizar los cursos en línea y “conocer y atender” el contenido de un código de conducta interno, también disponible en web. Hasta entonces, Wendy había vivido un calvario para lograr apenas esa resolución y debió asumir que seguiría trabajando diariamente a dos metros de su agresor, además de que el ambiente laboral violento se fue acrecentando.

 

El caso fue sumando tropiezos: Wendy fue agredida el 10 de julio de 2017; una semana después, Núñez Toledo la agrede verbalmente en la oficina de su jefa, ella decide denunciar ante el Comité de Ética el 7 de septiembre y se le promete que el agresor será cambiado de lugar. El caso, sin embargo, queda abandonado durante siete meses. El 19 de febrero de 2018, su agresor vuelve a violentarla verbalmente ante sus compañeras; siete días después, el operador envía una carta a la jefa de Wendy donde argumenta que “la voz y su risa” no le permiten trabajar.

 

El 8 de marzo, Día Internacional de la Mujer, Wendy toma los micrófonos de Radio Educación y denuncia su caso. “Las autoridades no hacen nada”, y confronta a Antonio Tenorio, quien promete retomar el caso. El 22 de mayo decide denunciar el caso ante el Ministerio Público y el 31 de ese mes denuncia ante el Órgano Interno de Control (OIC). El 4 de junio escribe a García Cepeda y el 22 el Comité de Ética emite su resolución. Casi un mes después, el 17 de julio, realiza una denuncia ante la Secretaría de la Función Pública. A pesar de todas las denuncias, el caso sigue en el OIC, “quienes no vieron esto como acoso sexual; el agresor sigue en su mismo lugar”.

 

En la Fiscalía Central de Delitos Sexuales de la PGJ, “un perito en la materia me recomendó una serie de terapias que comenzaron el 16 de julio, debido al daño que la agresión me causó. El clima laboral que se vive en la emisora es insostenible, el agresor filtró información sobre mi denuncia, lo que originó humillaciones por parte de mis compañeros”.

 

Wendy acusa de omisión al director de Radio Educación y a otros funcionarios menores. “Ellos no han tenido ni la voluntad ni la capacidad de reubicar a mi agresor”.

 





cva

 

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