El Design Sprint es una metodología desarrollada por Google Ventures que comprende un proceso de cinco días en los cuales, a través de dinámicas de Design Thinking, se analizan, idean, prototipan y validan con usuarios reales, soluciones para dar respuestas a preguntas críticas para cualquier proyecto.
El Desafío
Nuestro desafío formaba parte de uno de los principales retos de la Economía Circular: pasar de una economía tradicional basada en el consumo de un solo uso, a una economía sostenible y responsable, donde los productos y servicios son diseñados para fomentar su reutilización continua. Para ello, buscamos el modo de incentivar a los ciudadanos en el correcto reciclado de los envases domésticos.
Día 1: Comprender
Desde el primer día fuimos conocedores de la realidad de los procesos de reciclado gracias a Ecoembes, así como de los diferentes perfiles de usuario asociados al reciclaje de residuos obtenidos del Ideaton realizado por Ecoembes en 2017. Nos sorprendió conocer cómo un amplio porcentaje de la población podríamos categorizarlos en el espectro de los “Comodones o prácticos”; siendo aquellos, que separan lo obvio, pero ante la duda, tiran los residuos al cubo gris o en el caso de encontrarse con envases con presencia de varios materiales, los tiran en el contenedor del material presente en mayor cantidad. Decidimos centrarnos en este usuario y tras identificar a los Stakeholders presentes en el proceso de reciclado, nos lanzamos a realizar encuestas a pie de calle para articular nuestras hipótesis.
Día 2: Idear
Empezamos la jornada buscando posibles ideas y propuestas asociadas al reto, de una manera abierta y colaborativa, divergente y convergente, centrándonos en la innovador y disruptivo de las ideas, más allá de su posible viabilidad de las mismas.
Día 3: Decidir
Por fin, en la tercera jornada, tras pasar por diferentes técnicas creativas y de brainstorming (entre ellas, nuestro querido Crazy 8) y movernos por diferentes estados de divergencia y convergencia, alcanzamos acuerdos sobre cual sería la mejor idea/s para prototipar. Teníamos un consenso, así que ¡A por ello!
Día 4: Prototipar
El final de la semana fue muy intenso, pues en dos días debíamos prototipar y validar con usuarios reales la viabilidad de nuestra idea. Las cabezas echaban humo, mientras decidíamos qué parte/s de nuestra idea podíamos lograr prototipar a un nivel de fidelidad media, en solo 5 horas, para trasladarle tanto a Ecoembes como a nuestr@s usuari@s el proyecto con una verosimilitud real.
Día 5: Testear
Tras mucho trabajo, teníamos un prototipo para enseñar y bajarlo a la calle. Y fue lo que hicimos. Concretamos una cita con 12 usuarios reales a los que les expusimos el producto/servicio como si de un producto real se tratara. Y funcionó. Nos dieron un valiosísimo feedback sobre el mismo, sobre lo que pensaban de él, sobre si estaban dispuestos a adquirirlo e incorporarlo a su día a día. Trabajo cumplido! Pudimos volver con la cabeza bien alta al Circular Lab, dónde realizamos el pitch final de presentación y recibimos las felicitaciones e impresiones del equipo de Ecoembes.
En definitiva, y tras la increíble experiencia, volvimos reafirmados en nuestra convicción de que como diseñador@s tenemos una responsabilidad inmensa sobre nuestro trabajo. Podemos y debemos crear productos y servicios que mejoren el mundo en el que vivimos, en lugar de destinar nuestro talento y creatividad en proyectos a los que no creemos y con los que no compartimos nuestros valores. La creatividad y el diseño son herramientas tremendamente poderosas para contribuir al cambio social y medioambiental. Aprovechémoslas!
Fuente: este post proviene de Green is a way of life, donde puedes consultar el contenido original.
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