Todo empezó en un pequeño poblado de Senegal, en Malicounda, y una promesa, la de no practicar nunca jamás la ablación genital en su comunidad. Ocurrió en 1997, y delante de jefes tribales, líderes religiosos, políticos y representantes de medios de comunicación. Ellas dijeron BASTA.
¡Y lo consiguieron...! en 1999 el gobierno de Senegal prohibió oficialmente la ablación con pena de cárcel, aunque se sigue practicando en pequeñas comunidades del país.
El juramento se ha ido extendiendo por todos los pueblos e incluso fuera de las fronteras, consiguiendo que más de 6.000 pueblos de Senegal y otros tantos de los países vecinos hayan erradicado la ablación, una práctica que viola los derechos más fundamentales de la mujer.
Fuente e imagen: rtve.es
¿Qué os parece?