La incesante generación de smog desde la era de la revolución industrial hasta la actualidad ha provocado que las micropartículas hayan llegado progresivamente a esas zonas, a tal punto del oscurecimiento ligeramente del hielo polar.
Para la mayoría de los habitantes de esta gran esfera azul, las regiones polares son remotas por lo que, nos cuesta entender que lo que pase en ellas, tenga consecuencias para las demás regiones.
Alteración del albedo
Este efecto principal tiene que ver con el albedo, que se trata de la relación entre la radiación solar reflejada al espacio exterior y absorbida por la superficie terrestre.
Esta relación regula el clima terrestre de tal manera que del 100% de la energía solar incidente, sólo el 70 % se absorbe mientras que el 30% se refleja. Las regiones polares, por la blancura del hielo son las que reflejan más esa radiación, por lo tanto, tienen el mayor albedo que las demás zonas del planeta.
Si la capa helada se oscurece, absorbe más energía que la que refleja y, por esta causa, su albedo disminuye.
Esta mayor absorción de la radiación sumada al aumento global de la temperatura de la atmósfera es lo que está acelerando el deshielo de los polos.
Los hielos marinos del Ártico están reduciéndose masivamente, dejando expuesta y expandiendo la superficie oceánica, que absorbe más radiación al tener menor albedo. Las consecuencias son el aumento del nivel del mar en las regiones costeras.
Oscurecimiento de los polos
La diferencia en la incidencia de la radiación solar entre los polos y la zona ecuatorial sumada a la inclinación del eje terrestre es lo que motoriza la actividad atmosférica generando los climas diversos tanto en las zonas tropicales como en las templadas.
Opinan los climatólogos que, aunque se logre controlar el calentamiento global y regresar al nivel que se tenía en la era preindustrial, los efectos del oscurecimiento de los polos continuarán, estimándose que para el año 2050 el nivel del mar suba 50 centímetros.
Otras consecuencias adicionales del deshielo es la disminución de la salinidad, afectando las corrientes marinas y afectando a formas de vida con bajo nivel de tolerancia o adaptación a estos cambios. Por otra parte, el clima estará desequilibrado por olas de calor, inundaciones y tormentas que van a tener mayor intensidad.
El panorama es desesperanzador, en el hemisferio norte, Groenlandia continuará derritiéndose, así como la región occidental de la Antártida, donde la plataforma de hielo Larsen B se derritió completamente.
No obstante, en lo que sí puede ayudar la mitigación el calentamiento global puede contribuir a detener el derretimiento del hielo marino y disminuir el albedo, pero la recuperación de la superficie de los polos tardaría mucho más.