Race for Water mide 35 metros de largo, 23 de ancho y 6 de alto, su velocidad máxima es de unos 9 nudos, que equivalen a unos 16,67 kilómetros por hora, gracias 38.000 células fotovoltáicas, energía eólica e hidrógeno. Esta energía se puede almacenar en baterías que se pueden usar de noche o para producir hidrógeno. Si el viento es óptimo cuenta con una vela que les permite superar los 10 nudos.
El barco dará la vuelta al mundo y tendrá paradas en eventos importantes como son la olimpiadas de Tokyo 2020 y la exposición mundial de Dubai de 2021. Pero el objetivo principal del Race for water no es ni dar la vuelta al mundo, ni probar la viabilidad del uso de energías renovables en los medios acuáticos, sino favorecer el estudio de investigadores sobre el impacto de los plásticos en el ecosistema marino. Es un problema grave pues se calcula que de todo el plástico que usamos entre el 5 y el 10 % acaba en el mar hasta el punto de encontrar en el mar 1 kilo por cada 5 peces.
El problema no es en si esta cantidad, que ya es alarmante, sino que la mayoría son microplásticos que a simple vista son imperceptibles al ojo humano, lo que hace más difícil tanto su eliminación como su detección. Ante este motivo se harán paradas de la escala mencionada anteriormente, para otorgarles a los científicos la oportunidad de investigar la cantidad de residuos de este tipo que se pueden generar ante un momento así y aumentar la cantidad de elementos a investigar.
¿Que pensáis sobre Race For Water? un barco eco con intenciones diferentes también en lo eco. Una buena propuesta ¿no lo creéis?
Fuente: La Razón
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