Generalmente, las siliconas se elaboran a base de silicio y oxígeno, por lo que son polímeros. Existe un tipo más ligero de siliconas hidrosolubles, que se van con los lavados, derivadas del petróleo en lugar del silicio, serían los PEG o Polietilenglicoles. Entre sus beneficios se encuentra la capacidad de alisar líneas de expresión y reducir la apariencia de los poros en la piel, mientras que en el cabello crean una apariencia de puntas sanas sin efecto encrespado. No obstante, estas sensación son sólo eso, apariencia, ya que no trabajan en nuestra piel y cabello para recuperarlos realmente, sino que dan esas ilusiones ópticas al usar productos que las contienen.
¿El problema? Si dejamos de usarlos la realidad volverá a salir, nuestros poros y arrugas volverán a estar marcados y nuestras puntas volverán a verse sin vida. Es cierto que antiguamente existían siliconas tóxicas para nuestro organismo, como las ciclosiliconas ∆ 4, pero ya han sido prohibidas y retiradas para del mercado. Asimismo, actualmente se ha mejorado bastante en sus fórmulas, consiguiendo las siliconas solubles que se van con los lavados para no taponar nuestros poros.
Pero ¿y para el Medio Ambiente? Realmente no podemos decir que se preocupen mucho por el cuidado de éste, ya que no son biodegradables y no se elaboran con procesos respetuosos para éste. ¿La solución? Si queremos garantizar el uso de productos que cuiden completamente nuestra piel y cabello, a la vez que cuidan el Medio Ambiente, sin duda, la mejor opción será escoger etiquetas Bio. No nos confundamos con aquellos llamado naturales, pues en éstos si puede existir algún tipo de PEG.
Fuentes: El blog de Nina Benito, Cremas Caseras y OFFARM
Imágenes: TreSemmé y Taller de Amapola
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