Afganistán, tierra por la que han pasado persas, griegos, turcos, árabes, soviéticos, británico y estadounidenses. Tierra de idiomas y culturas. Tierra de budistas, musulmanes e hinduistas. Tierra de todo, menos de tolerancia.
Aunque hace ya más de ocho años que el régimen talibán fue destituido por el todopoderoso Estados Unidos, las cosas para las mujeres no han cambiado mucho. Siguen siendo objetos, no personas. No tienen derechos, ni voto, ni voz.
Tan sólo unas cuantas valientes se atreven a salir de esa vida de penurias, reúnen el coraje suficiente para luchar por la vida y huir. Sosan es una de ellas, pero el precio por comenzar una nueva vida en este y otros países similares, es muy alto.
Este video, llevado a cabo por las Naciones Unidas, recorre uno de los seis refugios para mujeres que existen en el país, donde mujeres como Sosan encontraron una segunda oportunidad.
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