Cuando empiezas a leer contenido relacionado con el activismo antirracista todo es nuevo.
Tienes que familiarizarte con muchos conceptos nuevos, resignificar algunos conceptos que creías conocer, lidiar con el malestar que en ocasiones te generará leer determinada información, sobreponerte a esa interpelación y actuar…
En ocasiones todo esto se convierte en algo abrumador y te sobrevienen sentimientos como la frustración o la culpa.
Por ejemplo, empiezas a acumular nuevas definiciones, nuevas teorías. Incorporas nuevas lecturas que te llevan todavía a más lecturas. Pero luego te das cuenta de que, cuando llega la hora de poner en práctica todo lo que estás aprendiendo, no ves cómo aterrizar toda esa teoría. O no sabes realmente en qué puede consistir tu acción antirracista.
El resultado es que al final, optas por dejarlo correr porque el coste del aprendizaje es más alto de lo que esperabas. La traducción y la implementación en tu día a día de todo lo que has leído se te hace imposible. El estrés entra en juego porque, a pesar de que lees y lees, no consigues ponerte en marcha.
La inversión en formación es clave para librarte de esta situación.
Porque:
Te permite optimizar el aprendizaje que obtienes.
Ahorras tiempo al ofrecerte casos prácticos.
Te ayuda a traducir la teoría en acciones implementables en tu día a día.
Aprendes a identificar con mayor facilidad los posibles comentarios racistas y obtienes recursos para rebatirlos.
Y yo quiero compartir contigo mis conocimientos sobre antirracismo en el Curso Intensivo Online que impartiré los días 3 y 4 de octubre.
Te enseñaré recursos y herramientas para que puedas activar tus herramientas antirracistas.
Úɴᴇᴛᴇ ᴀʜᴏʀᴀ ʏ ᴀsᴇɢᴜ́ʀᴀᴛᴇ ᴜɴᴀ ᴅᴇ ʟᴀs 50 ᴘʟᴀᴢᴀs ᴅɪsᴘᴏɴɪʙʟᴇs.
Fuente: este post proviene de Diario de la negra flor, donde puedes consultar el contenido original.
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