Primero les cuento; es un alimento importantísimo y unos de los más antiguos.
Por suerte y creciendo con el boom de la alimentación saludable recuperamos tendencias que nunca deberían haberse olvidado en nuestra dieta.
No importa si eres vegetariano, carnívoro, crudívoro etc. etc... Las semillas son sumamente importantes. Recuerda que dentro de ellas hay vida. Y allí esta su secreto. Aportan enormes cantidades de enzimas, proteínas, ácidos grasos y vitaminas; o sea que no es solo para los pájaros. Tal vez ellos si sepan mejor que nosotros que les beneficia.
¿Qué semillas utilizamos?
En lo posible ecológicas o bio y enteras.
Son preferibles las oleaginosas como lino, girasol, chía, sésamo, almendra, calabaza a las que se suman la avellana, nueces en sus variedades, castañas, pistacho.
Y ¿cómo activarlas?
Déjalas en remojo de una noche, luego las licuas con el líquido, las cuelas y obtienes una leche completa en sus nutrientes, que puedes beberla o mezclarla con jugos o caldos.
También es recomendable si las utilizas solas sin activarlas, molerlas un poco con un mortero o molinillo de café pero solo un poco, y esparcirla en ensaladas sobre mermeladas o cualquier comida que te agrade.
En especial las pipas de girasol, nueces almendras avellanas y otras que pasan a ser frutos secos son fáciles de transportar en cualquier bolsillo y gran aliadas a la hora de consumir algún bocado si solemos salir a hacer deporte, viajar o simplemente en el trabajo.
Así que actívalas o muélelas pero no dejes de comerlas.
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