Los baños ecológicos se caracterizan, principalmente, porque no emplean agua para la evacuación de los excrementos. Esto supone un enorme ahorro en el consumo de agua, lo que los convierte en un importante recurso en viviendas y construcciones sostenibles.
Así, podemos encontrar dos tipos de baños que funcionan sin agua: los baños secos, que se basan en procesos de deshidratación, y los baños composteros, que hacen uso de la descomposición.
Los baños secos emplean cámaras de tratamiento, donde se lleva a cabo la deshidratación de los desechos a partir de sistemas de ventilación, de calor, o empleando algún tipo de material secante como la cal, la ceniza, la arena o el aserrín.
A partir de este proceso de deshidratación se elimina toda la humedad y, por tanto, todos los patógenos, y se evita la aparición de malos olores. Además, el propio baño cuenta con una cámara a parte para la orina, ya que esta no contiene patógenos. Después, estos desechos se pueden emplear como abono o fertilizante.
Por otro lado, los baños composteros se basan, como hemos dicho, en procesos de descomposición. En este caso, son los organismos de la tierra los que llevan a cabo el proceso. Además, se deben controlar ciertos aspectos de la cámara, como la humedad, la temperatura y buena ventilación, para evitar los malos olores.
Así, este tipo de baños pueden estar formados por dos cámaras separadas, que alternan su funcionamiento. Por su parte, la base suele ser de ladrillo y, sobre el suelo, se pone paja, aserrín..
Y vosotros, ¿conocíais este tipo de sanitarios?
Fuente: Ecososas.com, Claneco.com y Tierramor.org. Fotos: Sustainable Sanitation/Flickr y Ecocosas.com
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