Estos días son difíciles para todos los españoles, ya sean catalanes o de cualquier otra región española. La pregunta es: ¿Cómo se ha llegado a esta situación?. La respuesta es difusa, los unos echan la culpa a los otros. Los puentes del diálogo se van rompiendo cada vez más y nadie mueve un dedo por evitarlo.
Yo soy más bien de los que ve la botella medio llena, pero estos días no veo ni la botella. Cada vez las personas nos ponemos más barreras entre nosotros ya sea por el color de piel, por una bandera, por un idioma, por una religión, por la riqueza, por el fútbol, por política, por preferencia sexual, etc. Somos más insolidarios, más egocéntricos, menos empáticos, menos respetuosos, etc.
Este mundo no es el que quiero para mi descendencia. El progreso no lo forman las nuevas tecnologías, lo forman la relación entre las personas.
Evolucionemos.
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