La construcción de viviendas a partir de balas de paja implica un importante apoyo al desarrollo de la bioconstrucción o construcción ecológica. El principal factor que aporta es la menor dependencia de materiales de carácter no renovable y el empleo de un material respetuoso con el medio ambiente, ya que su cultivo no deja ninguna huella en el lugar, al retener todo el dióxido de carbono.
Además, a parte de ser un recurso renovable, desde el punto de vista práctico, la paja proporciona un gran aislamiento térmico. En cuanto a una de las cosas que más pudieran preocupar, la resistencia al fuego, al ser un muro compactado no supone ningún peligro.
De este modo, existen tres modelos distintos de construcción con paja:
1 Método Nebraska o autoportante. Este método fue desarrollado por los pioneros norteamericanos, en el siglo XIX. En él los fardos de paja se convierten en muros de carga, reforzados con estacas que se unen a los cimientos y entre sí.
2 Método portante. En él se levanta un armazón de madera, hormigón o acero, y se rellena de la paja, para que cumpla con su función como aislantes, sin que esta soporte carga.
3 Método canadiense. En esta modalidad los fardos de paja se unen con mezcla de mortero.
Así, si os interesa conocer algunos datos más sobre este tipo de bioconstrucciones, podéis echar un vistazo al reportaje 'Construir una casa con balas de paja'.
Fuente: Taller Karuna
¿Vulnera este post tus derechos? Pincha aquí.
Modificado: