Este fruto pequeño y carnoso, en forma de pasa alargada y de color rojo o naranja intenso, es conocido como la fruta de la inmortalidad. Es una fuente de proteína vegetal completa que aporta los ocho aminoácidos esenciales. Su sabor es una mezcla entre la cereza y el arándano pero un poco más dulce.
Las bayas tibetanas del Goji son consideradas por algunos como milagrosas, ya que son ricas en antioxidantes naturales muy recomendables para nuestro organismo. Proporcionan también vitaminas B1, B2 y B6, vitamina C y vitamina E, muy difícil de conseguir en las frutas.
Poseen potentes antioxidantes carotenoides como el licopeno, la luteína y la zeaxantina que nos protegen de la exposición a los rayos ultravioletas y a prevenir las cataratas y degeneración macular. Contiene vitamina A, de la que posee más de 4 veces la dosis diaria recomendada.
La vitamina estrella en esta baya es la vitamina C, la cual se encuentra en cantidades dos veces mayor que la del perejil, ocho veces mayor que la contenida en el pomelo o seis veces mayor que la existente en la naranja
Contienen fibra, carbohidratos y ácidos grasos esenciales omega 3 y omega 6, esenciales para el buen funcionamiento del sistema nervioso, el cerebro y las hormonas. Contienen asimismo minerales como potasio, calcio, zinc, magnesio y hierro.
Poseen un elevado contenido en carotenoides, polisacáridos polifenoles, y trazas de minerales que retardan el envejecimiento celular y reducen el estrés oxidativo en el cuerpo.
También contienen esteroles vegetales, betasitosteroles que ayudan a equilibrar el colesterol y kukoaminas, que reducen la presión arterial. Su licopeno protege el corazón contra el estrés oxidativo de los radicales libres.
Las bayas de goji poseen germanio, el mineral anticancerígeno por excelencia, que raramente se encuentra en los alimentos y que provoca reacciones químicas dentro de la célula cancerosa haciendo que se debilite y muera
La baya tibetana es usada como alimento curativo desde tiempos ancestrales. Procede de una planta del continente asiático específicamente en China, el Tibet y Mongolia occidental. Se cultivan diferentes variedades pero la más apreciada por su riqueza en nutrientes y sabor es la Lycium Barbarum, familia de Solanaceae.
Se recomienda consumir de unos 20 a 35 gramos al día. Se pueden utilizar en ensaladas, postres, batidos, platos principales y en infusiones. Las podemos adquirir en herbolarios, fruterías, supermercados e Internet y se pueden encontrar desecadas, como jugo, al natural, en polvo y en cápsulas. Cualquiera que sea su presentación son altamente beneficiosas para nuestra salud.
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María Isabel Peña l Redactora Especialista