El compostaje es un proceso natural de transformación de la materia orgánica para obtener compost. El compostaje es un abono natural, debido a que la propia naturaleza aporta una gran diversidad de agentes de descomposición como son las distintas especies de bacterias, hongos y actinomicetos. La transformación del compostaje se puede llevar a cabo mediante un compostador, un recipiente o depósito con las características adecuadas para realizar la transformación de los residuos orgánicos en compost, a nivel doméstico.
En el mercado existen varios tipos de compostador de distintas capacidades, los expertos sugieren aquellos fabricados con material plástico, ya que el plástico no es biodegradable y resiste mejor el paso del tiempo, sin embargo los hay de madera e incluso de metal. Para optimizar el proceso de compostaje, debe garantizar un sistema de aislamiento térmico, paredes duras y resistentes, así como que cuente la suficiente ventilación sin ningún tipo de mecanismo o motor o que implique algún gasto de mantenimiento.
El compostaje se forma de desechos orgánicos tales como desperdicios de comida, frutas y verduras, aserrín, cáscaras de huevo, restos de café, trozos de madera, poda de jardín (ramas, césped, hojas, raíces, pétalos, etc).
La materia orgánica se descompone por vía aeróbica o por vía anaeróbica. Los especialistas se refieren al compostaje derivado del ciclo aeróbico (con alta presencia de oxígeno) de descomposición de la materia orgánica. Para darnos una idea del producto final, publicaciones especializadas estiman que por cada 100 kg de basura orgánica se obtienen 30 kg de compost, lo que determina al mismo tiempo evitar el consumo de abonos químicos en nuestro jardín.