Un poco de emoción siempre viene bien
Hoy hablaremos sobre los héroes anónimos, a veces, cuando estoy en la calle, esperando el autobús o, simplemente, caminando o paseando, soy testigo de momentos verdaderamente únicos. Ése tipo de instantes que desencadenan los spots publicitarios más emocionantes o sirven de preludio de un libro que nos llega al corazón. ¿Y qué hay que hacer para experimentarlos? Nada. Simplemente observar qué pasa a nuestro alrededor. Un abuelito sentado en el banco en cuyo hombro reposa la mujer de su vida, decrépita y anciana pero igual de enamorada. Un niño que no para de llamar la atención de su orgulloso papá, una señora que se levanta de su asiento en el metro, para dejar sentar a otra, sin aparente razón. Momentos, detalles que emocionan y , que, muchas veces, nos hacen ver que los héroes anónimos, igual que la gente buena existe, y creer en un mundo mejor.
La historia de un héroe anónimo
Si vosotros también sois de los que dejáis que vuestra imaginación vuele y vuestro corazón se abra en este tipo de situaciones, os encantará la historia que os comparto hoy. El es un hombre anónimo. Vive modestamente en su barrio, alejado del meollo del centro de la ciudad. Su día a día transcurre como el de cualquier otra persona. Madrugar, ir a trabajar, ocuparse de sus hijos, volver a casa...quehaceres diarios que no deja que se vean mermados por una rutina aplastante o deshumanizada. A revés. Nuestro protagonista de hoy sabe vivir la vida de una forma altruista y feliz, porque se dedica a ayudar a los demás. Es todo humildad, solidaridad, empatía... y nadie le conoce. Y casi nadie sabe apreciar lo que hace, pero le da igual ,porque éste no es su objetivo.
Os dejo ver el vídeo, no dura mucho y merece la pena. Hace que tu día sea un poco más bonito y esperanzador.
¿Conocéis a muchos héroes anónimos como el del vídeo?
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