Se difundieron unas encuestas en EEUU que sugerían que las personas atractivas ganaban en promedio alrededor de un 12% más que las personas consideradas feas. Y como si eso fuera poco, al parecer la tendencia en Shangai y Gran Bretaña no solo es la misma, sino que es más evidente.
Si estos datos son reales, se trataría de una discriminación evidente. Más aún si como dicen los encuestadores al reclutar personal ante dos candidatos con el mismo cv, y aptitudes similares se inclinarían seguramente por el o la más atractiv@. ¿Es esto una falacia o es verdad? Bueno, es algo relativo.
Al parecer la belleza tiene algo que ver en estas decisiones, pero no como creemos. Generalmente al reclutar gente los ejecutivos terminarán contratando al candidato que tenga la actitud más empática. La seguridad de la persona, su honestidad y confianza son los rasgos mejor vistos por los futuros empleadores. Pero esto no es cuestión de ser verdaderamente atractivo, sino de tener una alta autoestima. Y en este sentido las personas que se creen atractivas suelen ser más seguras, desenvueltas y confiadas que las que se sienten feas.
Lo mismo se puede decir cuando hay que reclamar un aumento de sueldo o cualquier injusticia laboral. Las personas con baja autoestima suelen ser tímidas y no sentirse valoradas.
Si bien es cierto que la belleza está relacionada con la apariencia, que los candidatos que vayan a una entrevista laboral, bien vestidos, peinados y limpios, tendrán muchas más posibilidades de conseguir el puesto que aquellos que lo hagan con apariencia desarreglada. Si bien las aptitudes del candidato irán por delante de su apariencia, seguramente a la hora de definir serán más valorados aquellos que presenten una apariencia más pulcra y arreglada que quienes no la tengan, por más que no sean tan bellos.
Otra cuestión sobre la apariencia y el empleo que define esta discriminación que suele hacerse, está dada por los perjuicios sociales que tenemos muy arraigados, se suele creer por ejemplo que las personas con sobrepeso son perezosas, que los que tienen tatuajes o piercing son delincuentes o que quienes adoptan el look de las “tribus urbanas” son inadaptados sociales. Pero en ese caso, con la gente prejuiciosa también juega en contra ser atractivo. Los perjuicios dicen que la gente linda es tonta, que las mujeres sexies son “rápidas” y que causan problemas entre los equipos de trabajo.
Resumiendo, si bien una apariencia atractiva puede ayudar a conseguir determinados empleos, por ejemplo aquellos que sean de atención al cliente. No será la biología la encargada de abrirnos caminos. El atractivo lo brinda la seguridad y confianza que sepamos transmitir.
Un vestuario adecuado, pasar por el centro estético y tener la autoestima alta pueden ayudar a verse confiado y seguro. Algo vital para el éxito laboral.
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