Prostitución, un juego sucio con mujeres inocentes


Prostitutas callejeras y de lujo, mujeres rumanas, sudamericanas, rusas, nigerianas, españolas. Clubes de alterne en las carreteras, pisos, saunas o en plena calle, la prostitución es el oficio más antiguo del mundo y en ese mundo todo vale.

No existe un negocio más ilegal y que sea más visible, y a la vez el negocio que más dinero negro mueve de la economía sumergida de nuestro país. Detrás de lo que vemos se mueve mucho dinero, unos 18.000 millones de euros anuales, y no sólo dinero, sino que detrás de todo este mundo del sexo encontramos a traficantes de mujeres, de armas, narcotraficantes, etc..

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En España, unas 400.000 personas ejercen la prostitución, de las cuales 360.000 son mujeres y el resto transexuales y hombres. Todos a la espera de algún cliente ansioso por tener un rato de sexo a cambio de unos cuantos euros. En definitiva cuerpos para usar y tirar.

El lado más dramático de la prostitución son las mujeres que los grupos de mafiosos traen a nuestro país engañadas para lucrarse económicamente. Mujeres, incluso niñas menores de edad que tienen que trabajar durante horas y horas para pagar sus deudas con los proxenetas. Ellas son las víctimas de este oficio. Obligadas a entregar sus cuerpos a esos hombres que necesitan su dosis de sexo. Ya da igual que estén explotadas sexualmente, que sean inmigrantes ilegales traficadas, o que sus proxenetes les den palizas si no ganan lo suficiente, los clientes lo único que quieren es pagar por sexo. ¿hasta dónde hemos llegado?

Detrás de cada prostituta hay una dramática historia, y me refiero a las prostitutas que son forzadas a ejercer, luego las habrá que lo hacen por placer (cosa de la que se habla mucho y yo personalmente creo que nadie por placer entregaría su cuerpo a hombres sudorosos, jóvenes o mayores sementales a cambio de dinero).

Esas mujeres son las perjudicadas, las víctimas, las extorsionadas, las esclavas con las que juegan los clientes cada vez que pisan un club de alterne o un polígono industrial.

Lo que está claro es que mientras existan los clientes, la prostitución seguirá en las calles de nuestra ciudades, el tráfico de mujeres no tendrá fin, y seguirán apareciendo prostitutas muertas en las cunetas de las carreteras. Pero claro, eso no sale en las portadas de los periódicos, eso no interesa.





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