Escribir para despedirse no es fácil. Las despedidas ni me gustan, ni se me dan especialmente bien. Pero en este caso no podía desaparecer sin más, como la mítica bomba de humo que haces una noche con tus amigos en la que finges ir al baño y te vas a casa para que no te coman la cabeza con que te quedes un poco más.
Como no he podido hacer eso (aunque lo haya pensando en un par de ocasiones), aquí estoy, diciendo hasta luego, que adiós es demasiado trágico.
Si estás leyendo esto es que probablemente seguías lo escribía por aquí. Así que te habrás percatado muy hábilmente de que no escribía una mierda desde hace tiempo. Tienes todo el derecho a enfadarte y reclamarme, porque menudo descaro por mi parte.
Esto ha pasado porque mi vida y otros proyectos han requerido todo mi tiempo, así que llevo con un post a medio escribir desde enero. ¡Un desastre!
Mientras tú me imaginas viviendo la vida padre, a mí me comía el estrés por tener esto abandonado.
Y hace un par de meses (o no sé cuando exactamente porque el tiempo va a su bola), decidí cerrar el blog. No puedo tener algo ahí abandonado, no soy de esas personas. Un súper drama para mí, promess.
Cuando empecé a contar entre mis allegados (bonita palabra), que iba a cerrar el chiringuito empezaron las frases de: “No puedes hacer eso.”, “Con todo el tiempo que le has dedicado, mujer.” ,“Sería una pena desperdiciar todo lo que has construido”... Blablabla.
Y claro, ¿cómo me sentí? Pues mal, cabrones, me habéis hecho sentir mal. En parte tenían razón, pero yo también (siempre la tengo cuando discuto conmigo).
Como mis opciones eran pocas: dividirme en dos (caro y doloroso), mandar todo al traste (en contra de lo que me pedían) o
¡Dejarlo en manos de alguien que pudiese sacarle partido! Y aquí estamos, yo me retiro, pero te quedas en buenas manos (de momento no te cuento nada, porque no es cosa mía).
Pero bueno, todo esto no significa que desaparezca ni nada, puedes localizarme en Triquels. También en mi casa, pero prefiero que no me asustes de esa manera ;)
Y no voy a decir eso de “ha sido genial” “muchas gracias por todo” “que maravilla, cuánto he disfrutado”, porque aunque todo sea verdad, prefiero terminar estas últimas líneas con algo mejor.
Lorena (o Ralph)