Inician las investigaciones sobre las muertes de dos osos en Palencia y Huesca

Dos hembras adultas de oso pardo han resultado baleadas durante jornadas de cacería. La primera cayó abatida en el valle de Bardaji, ubicado en la Comarca de la Ribagorza (Huesca, Aragón), mientras que la otra muerte tuvo lugar en la localidad de Ventanilla, específicamente en la Reserva Regional de Caza de Fuentes Carrionas ubicada en el Parque Natural (Cervera de la Pisuerga, Castilla y León). Hasta los momentos, se presume que los motivos fueron defensa propia y disparos accidentales.

En el primer caso, los encargados del resguardo de los osos y miembros del Servicio de Protección de la Naturaleza (Seprona) han confirmado la muerte de Sarousse, hembra de 21 años, durante una cacería de jabalíes. El cazador responsable alegó sentirse amenazado por el animal, por lo que acabó disparándole en reiteradas ocasiones. En tal sentido, el Gobierno aragonés ha puesto el caso en manos de sus expertos para la realización de la autopsia.

La osa Sarousse ha sido abatida por un cazador que alegó defenderse al sentirse en peligro


Por otra parte, en Castilla y León, ya se ha realizado el levantamiento por parte de efectivos de la Guardia Civil y agentes de protección medioambiental. El ejemplar será remitido al Centro de Recuperación de Animales Silvestres de Burgos, donde se practicarán los estudios de rigor para determinar qué pudo haber ocasionado la muerte del animal. Las investigaciones también contarán con la participación de la Junta a través de la Consejería de Fomento y Medio Ambiente para luego trasladarlas al Ministerio Fiscal.

De acuerdo con el ente gubernamental, la cacería estaba controlada por dos celadores de medio ambiente y un integrante de las Patrullas Oso de la Junta de Castilla y León. Durante varios días habían inspeccionado la zona, sin embargo, no hallaron rastros de osos pardos en ella.

Advertencias y reacciones


La muerte de estos ejemplares, que se encuentra bajo régimen especial en la legislación española, podría ser una consecuencia de no atender a tiempo las alertas elevadas por miembros de distintas organizaciones promotoras de la protección animal. A lo largo de este año, han cuestionado seriamente la aquiescencia de los gobiernos a la cacería en determinadas localidades en el contexto de la crisis sanitaria, así como las decisiones de calificar a algunas especies como aptas para la cacería.

Día aciago hoy para la conservación del oso pardo. Han muerto dos osas en sendas cacerías, una en la Montaña Palentina, y la osa Sarousse en los Pirineos aragoneses.
N.P de @jcyl https://t.co/nBb4qQNkvu
N.P de @GobAragon https://t.co/wDkN4ofTeq
Gob.Aragón. Sarousse
Hilo pic.twitter.com/czk0H6B06g

— Fundación Oso Pardo (@fundacionoso) November 29, 2020

La Real Federación Española de Caza también se ha pronunciado ante la muerte de ambas osas, que califican como lamentables y exigen que sean investigadas de forma exhaustiva hasta dar con las causas exactas. No obstante, sostienen que los hechos no empañan la labor de cazadores y conservacionistas en sus intentos por el cuidado de los osos en España.

Asimismo, aseguran que continuarán trabajando de manera conjunta con la Fundación Oso Pardo, en una alianza que data de más de 30 años, por la preservación de la especie. Sostienen que la cacería no supone conflicto alguno con la conservación de la Red Natura 2000. No obstante, señalan que es importante estar al tanto de la normativa específica sobre la materia. Por último, indican que la cacería de jabalíes contribuye a la preservación del oso pardo, ya que ambos compiten por el mismo hábitat y los mismos alimentos, lo que implica la necesidad de mantenerlos a raya.

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