En una investigación del New York Times, mujeres que trabajaban o habían trabajado en la empresa aseguraron que no solo habían sufrido acoso, sino que también habían sido marginadas y sus carreras habían sido frustradas.
Ahora, Nike ha lanzado una gran campaña en la que aborda problemáticas actuales: en Estados Unidos de América, está abogando por la lucha racial, con el polémico jugador de la NFL Colin Kaepernick; en América Latina, por las mujeres, con Paola Morán, Nayeli Rangel, Alexa Moreno y Mariana Juárez.
“Juntas Imparables” es el título del video, en el que vemos a una protagonista que se rebela contra lo impuesto y varias escenas de machismo y de enfrentar obstáculos sociales típicos para las mujeres (acoso, imposiciones de género, marginación y discriminación).
La protagonista incluso usa el pañuelo verde que las abortistas argentinas han estado usando como bandera en su lucha.
Finalmente, el anuncio termina con la protagonista y las otras mujeres venciendo todos los obstáculos, montada en un caballo blanco, para que después la marca del famoso eslogan Just Do It te invite a unirte a su reto de usar sus apps para hacer ejercicio juntas y si tú y tus amigas lo ganan, recibirán un patrocinio por un año.
Todo muy padre e inspirador, pero en Twitter se señala que se están apropiando de un discurso para vender no solo un producto (tenis caros), sino también un “empoderamiento” banal.
Porque claro que es aplaudible este alentar a las mujeres a luchar unidas por nuestro bien común, pero cuando tú mismo como marca has perpetuado la marginación de género, el discurso se cae.
Hoy en día, son pocas las empresas en las que las oportunidades para las mujeres son equitativas con las que tienen los hombres. La brecha salarial es solo una muestra de ello.
Finalmente, te “empoderan” para que consumas algo. Haz ejercicio con tus amigas (y nuestras apps y tenis), vas a ver qué bien te sientes, nos venden. Y lo hacen muy bien. El video de minuto y medio nos hace sentir que la lucha feminista es tan fácil como correr juntas y nos provoca empatía con la marca y nos hace sentir como que pertenecemos, porque apoyamos esa lucha.
Pero hay que recordar que esto es mercadotecnia. Mercadotecnia muy bien realizada que apela a nuestras emociones.
Y sí, el ejercicio es una gran manera de ver por nosotras mismas, de ser dueñas de nuestro cuerpo, de expresarnos y de fortalecernos tanto física como mentalmente, pero ese empoderamiento que nos vende Nike se queda cojo, si tanto dentro de sus oficinas, como dentro de las nuestras, en nuestros trabajos, nos siguen marginando.
Claro que somos imparables juntas, pero lo que necesitamos de una empresa grande y poderosa como Nike no es que nos muestren eso, sino que realicen acciones con peso verdadero, que aseguren la igualdad para las mujeres en un ámbito tan importante como el laboral.