Por un lado, tengo la firme convicción de que aquellos que tenemos las cosas, un poquito más fáciles, debemos echar una mano y ayudar para hacer la vida de aquellos más necesitados un poquito mejor. Desde que estaba en la facultad tenía claro que en cuanto me lo pudiese permitir apadrinaría. ¿Por qué me decidí por este proyecto?, pues que Cristina esté detrás ayuda, es una de las periodistas que más credibilidad me da, y sabía que estando ella en el proyecto no habría problema.
Foto vía Aidén Calvo de Miguel.
Pero principalmente, por mi profesión. Como profesora que soy, soy muy consciente de la importancia que tiene la educación para el futuro de un país. Y ese es uno de los pilares fundamentales de este proyecto. En la escuela, los niños reciben una educación, que poco a poco les dará las bases para, dentro de unos años ser capaces de saber que cosecha hay que plantar en cada momento, saber cuándo recogerlas, para aprender a sumar, restar y multiplicar para saber cuando les están pagando lo que les deben por sus cosechas o no, incluso quién sabe, puede que el día de mañana alguno de nuestros peques vaya a la universidad y termine ganando el premio Nobel de Medicina, o de Física, o acabe siendo Presidente de Costa de Marfil.
A lo que voy, lo realmente importante, son nuestras pequeñas aportaciones. Por menos de un euro al día, señores menos de lo que nos cuesta un café, o una caña al salir de trabajar, podemos ayudar, y mucho a que el futuro de estos niños sea un poquito mejor, lo que poco a poco puede traducirse en un futuro mejor para Costa de Marfil, cuando estos niños de hoy, sean los que lleven las riendas del país. Así que, desde aquí os animo a que no os lo penséis y apadrinéis un niño, que no cuesta nada.
María Álvarez