Uno de los grandes quebraderos de cabeza que tengo constantemente es cómo reducir el uso de plásticos, al menos aquellos que son de un solo uso.
Pero es complicado, hasta los libros vienen envueltos en plástico. ¡Es un horror!
En las cocinas, en los colegios, en las instituciones y en los supermercados, en todos los sitios hay una cantidad de plásticos innecesarios que nos están bloqueando, irrumpen en nuestro cuerpo y nos enferman a través de sus compuestos volátiles.
Por eso quiero compartir las medidas que tomo para reducir el plástico.
Ya advierto que al principio va a ser duro.
¡Pero todas las personas juntas podemos!
¿Te animas a formar parte de este reto?
Durante un mes iré contando los retos a los que me voy a enfrentar cada día para ir eliminado el plástico y cuales son las alternativas que voy encontrando.
Como a todo hay que ponerle un nombre, lo llamaremos proyecto 123.
La idea es sustituir cada día un producto de plástico o desechable por otra alternativa más duradera y saludable.
Mañana os cuento cual será mi primer reto.
Fuente: este post proviene de CreoEduco, donde puedes consultar el contenido original.
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