Para eso usamos hilo de algodón, 100% algodón, ya sea el que compramos en las casas de lanas o mercerías, o el cordel que se usa para atar paquetes, o el trapillo -siempre que sea de puro algodón- que consiste en tiras de tela elástica, como la que se usa para las remeras.
Las tejedoras no vivimos todas en la ciudad, y quienes viven un poco alejadas de ella suelen darse tiempo para tejer sus propios repasadores, e incluso sus propias toallas para la cara o para sacarse el maquillaje.
Por eso un poco de hilo de algodón, un par de agujas y una tarde de sol en la galería, alcanzan para entretenerse con esta labor.
Para hacerlos se necesitan unos 60 gramos de algodón, aguja nº 5, procurando que quede una tensión normal, ni floja ni apretada.
Si la tensión es blanda, se deformará muy pronto; si es apretada, tardará mucho en secarse.
Confección:
Ponemos 40 punto en aguja número 5 y tejemos en punto Santa Clara (todas las vueltas al derecho), una 60 vueltas. Nos dará una medida aproximada de 28 centímetros de ancho por 33 centímetros de alto. Cerrar los puntos, y listo!
Si vamos a usarlos en la cocina, se pueden aprovechar restos de hilos de distintos colores. Incluso no importa el grosor, ya que se puede poner el material doble o triple y tejerlos juntos.
El uso en la cocina no tiene que estar solamente pensado como repasador, sino que también puede ser usado para secarnos las manos. Lo colgamos al lado del jabón antibacterial, y lo tenemos siempre cerca.
Para una cocina minimalista y si preferimos el blanco, tendremos la posibilidad de ponerlo en lavandina o lejía, según el país que vivas, para tenerlo siempre blanquísimo.
También podemos tejerlos en otros puntos, o hacerlos al crochet en punto abuelita, o filete (el que se hace en "cuadradillos"). Podemos ponerles puntillas en un extremo y presentarlos para el toilette.
Para secarnos las manos luego de ponernos o quitarnos el maquillaje, podeos tejer pequeñas toallas en color negro. Así no manchamos las toallas de colores claros con restos de base o polvo, y mantenemos prolijo el toilette.
También podemos tejer toallas más pequeñas, que tengan la mitad que la medida anterior, o sea que las hacemos de unos 15 x 15 cm, en punto Santa Clara para que tengan consistencia, y las usamos de esponja. Si tejemos dos piezas y las cosemos en tres de sus lados, en el restante colocamos el jabón. Claro, queda como un bolsillo y allí introducimos el jabón de tocador, para que al mojarse la toalla haga las veces de esponja.
Listo, tejedoras, manos a la obra!
Via@ Espacio Claudelina.com
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