Dicha regulación introducida en 1983, establece que los no nacidos y las mujeres embarazadas tienen el mismo derecho a la vida y quien abortara ilegalmente podría alcanzar una sentencia hasta de 14 años de prisión.
Desde 2013, la interrupción legal del embarazo es legal en Irlanda, pero únicamente la vida de la madre estaba en riesgo, sin embargo, no contemplaba ni casos de violación ni anomalías fetales.
Los cambios en la ley no serán efectivos de inmediato, sino hasta finales del presente año, con ello Irlanda se sumará a Inglaterra, Escocia y Gales, países donde está permitido abortar hasta las 24 semanas de gestación.