4 tendencias de la innovación social sustentable

RSE en los medios
En épocas de crisis, la búsqueda de un estilo de vida más sostenible pasa a un segundo plano, dando prioridad a otras cuestiones, como el ahorro. En esta recesión de la que ya han salido en otros países (y que a nosotros nos está costando dejar atrás), se ha producido un hecho interesante: el creciente interés por un consumo ético, ecológico y social.

Los consumidores elijen productos y servicios no sólo por su calidad y precio, sino también por su impacto ambiental y social, y por la conducta de las empresas que los venden. Esta tendencia hacia la sostenibilidad es uno de los nichos de oportunidad con mayor potencial de desarrollo en los próximos años. Y un espacio excelente para la innovación. Innovar para ser sostenible es tendencia… y una necesidad.

El caso Volkswagen, que resuena aún en nuestros oídos y dará mucho que hablar todavía, ha puesto de relieve lo trascendental que es el factor medioambiental para los consumidores. La empresa alemana se presentaba al público como abanderada del respeto del medio ambiente. Pero ya no basta con parecer “verde”, sino que es absolutamente crucial serlo de verdad. El greenwashing o engaño verde, esa práctica de parecer más comprometido con la preservación del medio ambiente que lo que realmente se está, no cuela.

Ya sea “economía verde”, “economía ecológica” o “economía de la sostenibilidad”, las previsiones indican que el mercado verde global se va a multiplicar por tres en la próxima década.

Luis Morales Carballo, fundador de Greenbiz, el nodo español de la emergente red europea de empresas de la economía verde Ecopreneur, lo tiene muy claro:

“Los ecoemprendedores, las startups y pymes de la economía verde estamos llamadas a ser protagonistas de esta transformación, y hemos de predicar con el ejemplo. Recientemente nos hemos reunido en una red (Red Greenbiz) aquí en España, con la misión de aportar soluciones empresariales económicamente viables y socialmente empoderadoras a los retos ambientales existentes en la actualidad, tanto a nivel nacional como internacional”

“Hacer frente a este reto pasa por convertir la aún hoy minoritaria economía verde, baja en carbono, en corrientemainstream, transformando, desde dentro, el modelo económico vigente y su carrusel de producción, distribución, consumo, desecho”.

Este potencial se traduce en oportunidades dentro de muchas áreas económicas:

Alimentación

La agricultura y ganadería ecológicas están más extendidas, pero también hay que prestar atención a la permacultura, el movimiento slow food y al consumo asociativo. Pero hay otras propuestas más innovadoras, que van más allá. Una iniciativa que nos gusta mucho es Crob Mobster, porque conecta innovación, emprendimiento y sostenibilidad. Es una comunidad situada en San Francisco que usa las redes sociales y alertas instantáneas para correr la voz cuando se producen excesos de comida en cualquier punto de la cadena local de valor alimentaria. Así, la plataforma ayuda a las empresas de la zona a recuperar gastos y reducir los residuos (un serio problema en un país donde el 40% de los alimentos se desperdicia). Productores, pymes, ciudadanos, gobiernos y ayuntamientos, y grupos de ayuda que combaten la pobreza y el hambre pueden beneficiarse de ella.

Moda sostenible

¿Te bañarías con un bikini que mientras nadas está limpiando el mar de contaminantes? Aún no puedes hacerlo, pero un profesor de Ingeniería de la Universidad de California, Mihri Ozkan, ha diseñado este eco-bikini, respetuoso con el medio ambiente y que se imprime en 3D a partir de elastómero. El bañador será capaz de limpiar los restos de petróleo y de químicos del mar, soportando hasta 25 veces su propio peso en suciedad.

El verde es el nuevo negro en la industria de la moda y en España tenemos varios ejemplos. Ecoalf, una empresa que puede presumir de hacer de la basura (fabrica a partir de redes de pesca, botellas pet o restos de café) ropa de calidad y con un diseño innovador. O María Glück, una diseñadora que acaba de ganar la cuarta edición del Samsung EGO Innovation Projectcon su colección Walking up the montains, que combina moda y tecnología. Sus prendas se fabrican con tejidos sostenibles, como una mochila luminiscente, que incorpora algas capaces de emitir luz en la oscuridad.

La moda, si la separamos de la mera idea de ropa (ésta última tiene un plus de masificación), debería ser pionera y crear visiones de futuro, posibilidades. Y ser sostenible de modo transversal”, explica Glück en una entrevista reciente.

El sector de la moda es justamente uno de las industrias más cuestionadas por los consumidores, por ser nocivas para el medio ambiente, pero también por las condiciones de vida de muchos de sus trabajadores, sometidos a un régimen de precariedad y explotación laboral.

Turismo responsable

Generación de residuos, sobre explotación de recursos naturales, un incremento en el consumo de suelo, agua, energía, destrucción de paisajes, alteración de los ecosistemas. Son algunas de los impactos del turismo tradicional, una gran industria con su lado más oscuro. Sin embargo, han surgido otras alternativas que proponen hacer turismo de una manera más consciente, intentando incidir de forma positiva en la población y el entorno natural del lugar que se visita. Es el turismo responsable:

“El turismo que tiene plenamente en cuenta las repercusiones actuales y futuras, económicas, sociales y medioambientales para satisfacer las necesidades de los visitantes, de la industria, del entorno y de las comunidades anfitrionas”.

En Perú, existen iniciativas como la Asociación de Turismo Rural Solidario “Astursperu”, Llama Pack Project o Andean Lodges, que están trabajando con comunidades locales para lograr compatibilizar sostenibilidad y desarrollo a través de un turismo responsable.

Economía circular

La Fundación para la Economía Circular define este modelo, impulsado por la Ellen MacArthur Foundation, como:

“un concepto económico que se incluye en el marco del desarrollo sostenible y cuyo objetivo es la producción de bienes y servicios al tiempo que reduce el consumo y el desperdicio de materias primas, agua y fuentes de energía. Se trata de implementar una nueva economía, circular -no lineal-, basada en el principio de «cerrar el ciclo de vida» de los productos, los servicios, los residuos, los materiales, el agua y la energía”

La catalana Lucirmás, una de las primeras marcas europeas especializada en el upcycling (transformar residuos en objetos de valor) de botellas de vidrio, es un ejemplo de este modelo. O Ecoology, una firma de moda que produce prendas con algodón reciclado 100% sin tintes. Y MUD Jeans, una empresa holandesa que ha traspasado el conocido modelo de leasing para fotocopiadoras de oficina a los tejanos. La idea que subyace detrás de esta propuesta es la de “cerrar el círculo”. “¿Quién necesita ser propietario de unos vaqueros? ¡Lo que quieres es ponértelos!”, defiende el director ejecutivo de MUD Jeans, Bert van Son.

Estos no son más que unos pocos ejemplos, porque esta corriente se extiende y hay miles de casos. La innovación en pro de la sostenibilidad es una tendencia imparable. Innovar para ser sostenible es tendencia… y una necesidad.

Si te ha gustado este post, puedes ayudarnos a difundirlo compartiéndolo en las redes sociales o, también, votándonos para los Premios Bitácoras 2015, en los que participamos en la categoría de Innovación y Sostenibilidad. Las instrucciones para votar de forma muy sencilla las encontrarás en un post anterior.

Ilustración: elaboración propia a partir de The Noun Project/Creative Stall/Jean-Philippe Cabaroc/Alv Jorgen Bovolden/Nathalie Dumont.
Fuente: Repensadores.es

Fuente: este post proviene de Se Responsable, donde puedes consultar el contenido original.
¿Vulnera este post tus derechos? Pincha aquí.
Creado:
¿Qué te ha parecido esta idea?

Esta idea proviene de:

Y estas son sus últimas ideas publicadas:

Recomendamos