La mala disposición y manejo de neumáticos usados es una complicación, no solo económica y ambiental, sino de salud pública, debido a que pueden convertirse en focos de contaminación y propagación de enfermedades como el zika, el dengue y el chikungunya, de acuerdo con un estudio de el Colegio de la Frontera Norte.
Generalmente los neumáticos que cumplen su vida útil terminan entiraderos a cielo abierto, arroyos, ríos o parques de nuestras ciudades. Afortunadamente, existen organizaciones que han entendido desde hace mucho tiempo, que la vida útil de una llanta no puede ni debe terminar de una manera negativa para el ambiente.
Por ello, los productores y los distribuidores realizan serios esfuerzos para lograr mayores porcentajes de reciclaje y co-procesamiento de los neumáticos de desecho. Este es el caso de Bridgestone —el mayor fabricante de neumáticos a escala mundial, el cual opera en México con plantas en Cuernavaca, Monterrey y León— quien entiende que el ciclo de vida de un neumático enmarca la sostenibilidad del modelo de negociobajo el cual opera la empresa.
El cuidado ambiental no está solo al final del valor de uso de una llanta, sino en todas y cada una de las fases de fabricación, donde se toman en cuenta las áreas prioritarias para la sostenibilidad y para garantizar una operación que genere valor a todos los grupos de interés —proveedores, clientes, reguladores, autoridades y, por supuesto, comunidad—. Por ello, la marca nipona fabrica neumáticos amigables con el ambiente, como sus líneas ECOPIA y como los procesos de renovado Bandag, con una planta de fabricación en León, Guanajuato.
Bridgestone, en su Informe de Sostenibilidad publicado en 2016, desglosa siete etapas de su Modelo de Negocio enfocado en la fabricación de llantas, mediante procesos específicos que requieren del cumplimiento de la normatividad aplicable, impulsando la rentabilidad y la eficacia, con el objetivo de reducir la huella ambiental y retribuye beneficios sociales específicos.
Un ciclo socialmente responsable de fabricación y reutilización de una llanta se compone por las siguientes etapas:
Desarrollo e innovación
Garantiza la calidad y seguridad en los neumáticos
Cumple con las especificaciones técnicas definidas por clientes y autoridades
Desarrolla neumáticos ecológicos
Desarrolla tecnología de renovado de llantas
Duplica la vida útil del neumático por medio del renovado
Materias primas
Establece procesos de compra basados en la Responsabilidad Social Corporativa
Sensibiliza a proveedores en temas ambientales, éticos, de derechos humanos y prácticas laborales, entre otros
Desarrolla proveedores locales para generar un círculo virtuoso
Fabricación
Reduce el consumo de energía, al utilizar combustibles menos contaminantes
Reduce el consumo de agua
Recicla y, en su caso, reutiliza el 100 por ciento de los materiales utilizados
Mantiene la seguridad y la salud de los colaboradores
Distribución y logística
Reduce la huella de carbono con procesos de distribución estratégicos y efectivos
Venta
Provee productos y servicios de calidad superior y mayor seguridad
Mantiene canales de comunicación efectivos para contar con retroalimentación sobre los productos y servicios
Establece prácticas comerciales y de competencia justa
Utilización
Sensibiliza a la población mediante diversos programas que fomenten un uso funcional y amigable con el ambiente de los neumáticos:
Campañas de Seguridad Vial
Voluntariado Corporativo
Gestión final
Recupera neumáticos usados a través de programas como “Llantatón”, que solo en 2015 permitió la recolección de 500 toneladas de llantas de desecho para la planta de Cuernavaca, Morelos.
Genera alianzas en el sector y con autoridades de los tres órdenes de gobierno con el fin de recolectar neumáticos usados en ríos, parques o en calles de la ciudad. En 2015, 92.89 por ciento de los residuos totales de las plantas de Bridgestone en México fueron enviados a reciclaje o co-procesamiento.
Construye ecoparques con neumáticos de desecho. BSMX construyó dos el año pasado en la Ciudad de México y en el estado de Morelos.
Según datos de la Cámara Nacional de la Industria Hulera (CNIH), en nuestro país se desechan 28 millones de neumáticos al año, así que la tarea es ardua y dependerá de la preocupación y de la ocupación de la sociedad en su conjunto, autoridades y, por supuesto, de los actores de la cadena industrial automotriz.
rnss
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