¿Cómo acabar con el hambre del mundo?
Esta es una pregunta todavía sin respuesta lamentablemente, pero con la capacidad de poner en marcha ideas y proyectos en busca de soluciones. Para las Naciones Unidas, sin embargo, a pesar de que no es tan fácil de poner en práctica, la solución ya es conocida y según sus informes la única manera posible es la de invertir en la agricultura ecológica a pequeña escala.
Contrariamente a lo que se ha apostado en las últimas décadas para combatir este mal que es una agricultura industrial, altamente mecanizada y llena de químicos, transgénicos, herbicidas etcétera.
Los Organismos Genéticamente Modificados (OGM o GMO en inglés) se crearon con la promesa de ampliar el acceso a la alimentación para toda la población. Además de no haber logrado esta hazaña, hay muchas preguntas acerca de las consecuencias de tales organismos en la salud humana y del ecosistema, el daño que ocasionan a la biodiversidad y por su recurrente asociación con herbicidas al medio ambiente en general.
Estudios que avalan estas afirmaciones.
Más de 60 expertos conforman el informe de la ONU, donde se instiga a volver a retomar los antiguos sistemas de producción de alimentos, donde los pequeños productores locales eran la base del sistema y a reducir el uso de fertilizantes y herbicidas de origen sintético. El documento también hace duras críticas a los pactos comerciales globales, que sólo fortalecen a las empresas multinacionales capaces de replantearse sus formas de producción.
La conservación del recurso suelo y el manejo del agua también son temas asociados a uno u otro modelo de producir alimentos.
Bajo el título “Despertemos antes de que sea demasiado tarde“, se detalla en la publicación las razones por las cuales este tema es tan urgente en sus más de 300 páginas. A pesar de que se publicó hace cuatro años el tema sigue siendo tan relevante y más urgente que nunca. Recientemente la ONU volvió a denunciar el mito de que los pesticidas son “un mal necesario”, en un nuevo informe donde se detalla con datos técnicos que la alimentación de todo la humanidad es posible sin el uso de pesticidas y otras tecnologías como los transgénicos.
Un estudio realizado por la Universidad Estatal de Washington, EE.UU. y publicado el año pasado en la revista Nature, llamado la Agricultura Orgánica en el siglo XXI, mostró que la agricultura orgánica puede ser utilizada para alimentar a la población actual de manera eficiente y con menores riesgos para la salud y el ecosistema. (Más información aquí)
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