Reducir las emisiones de los vehículos es una de las principales tendencias de la industria a nivel global, y a las armadoras no les queda más remedio que buscar soluciones dentro de la ley. Cada vez más gobiernos imponen restricciones a la contaminación de los vehículos. En 2019, las armadoras tendrán que haber bajado 18% las emisiones de los motores a gasolina y 40%, los de diésel. De lo contrario, deberán pagar una multa por vehículo.
Como consecuencia, las armadoras y sus proveedores buscan soluciones como rediseñar materiales y motores y mejorar la aerodinámica de los coches. Por ejemplo, como entre 50 y 60% de los componentes de un auto son de acero, los fabricantes trabajaron con los proveedores —Nippon Steel, Baosteel o ArcelorMittal— para desarrollar variantes más fuertes y ligeras y reducir el peso del vehículo y, por tanto, el consumo de combustible y las emisiones contaminantes.
Según un estudio realizado por tres universidades de Estados Unidos —Stanford, Massachusetts y Northwestern—, por cada 10% de peso que se reduce, el consumo de combustible de un auto baja entre 5 y 7%.
Además de reducir el peso de los autos, las armadoras también desarrollan motores alternativos: híbridos, eléctricos, con celdas de hidrógeno e, incluso, con tecnología solar. Por ejemplo, Toyota ha dicho que, para 2050, dejará de vender modelos a gasolina, pues todos serán híbridos o eléctricos.
Descubre en qué porcentajes las armadoras aplican estas estrategias para reducir el consumo de combustible en los vehículos que producen:
Reducir el peso: 49%
Mejorar la eficiencia de motores: 39%
Desarrollar vehículos eléctricos: 26%
Adoptar motores de diesel: 13%
Reducir el tamaño de los autos: 11%
Desarrollar vehículos de celdas de hidrógeno: 10%
Por: CNN Expansión
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