El icónico laberinto reúne a dos tipos de protista unicelulares, los ciliados y las euglenas, quienes tienen que evitar a los rotíferos, unos microorganismos pluricelulares que se alimentan de protistas, y que por ende, representan a los fantasmas. El laberinto está rellenado de un líquido que facilitan su movilidad entre las paredes.
El profesor Andrew Erik Johannessen, del departamento de nanosistemas, explicó que estudiar a estos microorganismos a través de una placa Petri es sumamente complicado porque se confunden al estar unos encima de otros a través de la luz del microscopio. Teniendo pequeños laberintos como este permite observar su recorrido por los canales que imitan su hábitat natural.
Y bueno, eso sí… que el laberinto sea una réplica exacta de Pac Man fue un verdadero homenaje ochentero.
rnss
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