Aaron las vio y las compro sin dudarlo, pero no para cocinar una sopa sino para devolverlas a su hábitat natural. Después de comprarlas las cargo en su camioneta y viajo más de cinco kilómetros a la playa más cercana, jugo un rato con las tortugas y las vio alejarse entrando en el mar.
Cuando contó la historia en su página de Facebook, Aaron causó un gran revuelo en las redes sociales, personas de todo el mundo, compartían y comentaban la historia de Aaron que no era la primera vez que tenía este gesto, ya salvo de estas manera unas 8 tortugas.
De pronto el minero se volvió famoso, vio como personas e incluso medios de prensa contactaban con el, algunos para apoyarle otros para criticarle. Es que algunos argumentan que pagar para tener estos animales es fomentar su comercio y no es la mejor opción para salvarlos, ya que se financia el mercado ilegal de la venta de animales salvajes y a los traficantes que están detrás, según Aaron si ve tortugas en peligro y puede salvarlas ¿por que no hacerlo?
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