Han trabajando en ajustes en sensores LIDAR y localización, de hecho ahora solo usan dos, no cuatro, para obtener la misma cantidad de datos.
Los cinco pilares de su conductor virtual son:
– Sensores: LIDAR, cámaras y radar.
– Algoritmos para la localización y selección de rutas.
– Visión computerizada y aprendizaje.
– Mapas 3D de alta definición.
– Potencia de cálculo e informática para manejar estos datos.
Este nuevo sistema trabaja con dos formas de ver de forma automática, la percepción tratada y la percepción directa. La primera de ellas genera mapas 3D de todo lo que hay alrededor del coche, de forma que sabe dónde están las señales, los pasos de peatones, los semáforos y demás elementos. Cuando está en movimiento, usa esa información junto con el LIDAR, radar y sensores de la cámara para escanear permanentemente todo lo que rodea al coche. La percepción directa es diferente, complementa la información para conocer la posición del coche en la carretera, así como elementos móviles, como peatones, ciclistas, otros coches, un agente de policía dirigiendo el tráfico, etc.
Esa segunda percepción es mucho más sofisticada que la tratada, pero la misión de ambas siempre es la misma: detectar el entorno, analizar los datos para tomar decisiones y controlar el vehículo.
El coche autónomo de investigación de Ford incluye tres cámaras montadas en las barras del techo, las responsables por leer las señales de tráfico en la carretera, así como radares para que sea posible detectar lluvia, nieve o niebla, enviando toda la información a un cerebro capaz de procesar 1 terabyte de información por hora.
Es ese último punto el realmente complejo, crear un software que sea capaz de tomar decisiones a partir de los datos recopilados, generando impulsos que llegan a la dirección, frenos, acelerador y transmisión. Las funciones necesitan mucha energía para poder ejecutarse, y para ello este tipo de coche cuenta con un generador de energía adicional, no basta con una batería tradicional.
En 2017, Ford iniciará las pruebas de coches autónomos en las carreteras europeas, por lo que falta poco para que podamos verlos por las calles.
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