En el Popol Vuh, libro sagrado de los mayas quiches, se describe cómo en las historias de la creación de los indígenas mesoamericanos, maíz y humanidad están indisolublemente ligados. Somos gente de maíz y el maíz es de la gente, pues esta planta no se encuentra en estado silvestre porque los granos de la mazorca están envueltos en hojas llamadas brácteas (totomoxtle, con que se envuelven los tamales); y éstas protegen al fruto o mazorca e impiden que el grano se desprenda del raquis (olote). De este modo, la dispersión natural de las semillas no se lleva a cabo; si una mazorca cae al suelo sus cientos de granos apretados compiten hasta aniquilarse. El maíz no puede vivir libre, y por tanto, depende para su supervivencia de las manos de la gente que lo desgrana, siembra y cosecha.
“Corazones de Maíz” cuenta el origen del maíz según los mitos tradicionales de nahuats y totonakús de la Sierra Norte de Puebla. Este documental, fue realizado por el periodista Jesús Ramírez Cuevas, director del periódico Regeneración
Un largo camino que va del descubrimiento del teocintle, su domesticación del teocintle por los primeros campesinos que mejoraron la planta hasta crear el maíz. Cómo la planta de maíz transformó a los hombres y mujeres y cómo permitió el surgimiento de las grandes civilizaciones mesoamericanas.
Corazones de maíz aborda la evolución biológica y cultural del maíz y los pueblos indígenas que llevaron a cabo una selección de semillas año con año, durante generaciones.
Según la antigua tradición nahuat, hombre y maíz fueron creados juntos. Según el Polpol Vuh, libro sagrado de los antiguos mayas: De maíz amarillo y de maíz blanco se hizo su carne; de masa de maíz se hicieron los brazos y las piernas del hombre.
Únicamente masa de maíz entró en la carne de nuestros padres….
Desde su origen, maíz y pueblos originarios de México forman parte de la misma historia. El maíz organiza el calendario y las matemáticas; es alimento y fuerza, es identidad de los pueblos campesinos.
En la intrincada orografía de México, la diversidad biológica coincide con la diversidad cultural. Hay maíces de tan distintos tipos, colores y tamaños, tantos como pueblos y culturas indígenas.
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