Corrupción, desastres naturales, crimen, injusticias, guerra, escándalos, dramas, altibajos económicos… No pasa un solo día sin que nos bombardeen con información de todo tipo. Curiosamente, incluso sentimos la obligación de hacer un seguimiento y estar informados de todo. ¿Por qué? Aunque no digo que sea malo tener una idea general del panorama, no me parece recomendable pasarse la vida pendiente de todo lo que pasa.
Por eso, hoy comparto mi dieta baja en información y rica en calidad.
Efectos de consumir medios
1. Malestar:
Al ver las noticias, nos invade un profundo malestar. Como es natural. Nos enfurecemos con los políticos ladrones, nos aterrorizamos ante las tragedias locales, nos devora la impotencia ante el estado del mundo Esto desgasta nuestra energía y mina nuestro optimismo, que es el motor del cambio.
2. Manipulación:
Con la excepción de unas pocas organizaciones, los medios de información están comprados y dominados por grandes corporaciones que tienen el único objetivo de maximizar sus beneficios. Para ello, necesitan tener al público interesado y enganchado todo el tiempo posible. Por eso no es difícil encontrar titulares sensacionalistas y detalles mórbidos en cualquier suceso, se trata del anzuelo.
Además, los dueños de los medios, con los partidos políticos metidos en el bolsillo, tienen el poder de moldear la opinión pública. Esto se hace muy evidente en temporada de elecciones. No hay más que ver el circo mediático de Estados Unidos durante la última campaña electoral.
Pueden hacer que miremos hacia donde les conviene, pueden sugestionar nuestra opinión e influir en nuestros hábitos de consumo.
3. Espacio en el almacén del cerebro:
Imagina que tu mente es un almacén, con estanterías para guardar todo tipo de información. Tienes un almacén altamente eficiente que categoriza cada objeto y lo guarda donde corresponde. La capacidad de tu almacén no es infinita, y no te interesa tener un montón de basura acumulándose por ahí. Al igual que hacemos con nuestros hogares, es importante librarnos de las cosas inútiles que nos impiden progresar.
4. Aletargamiento
Es muy fácil evadirse con estímulos fáciles para no pensar. Nos hemos acostumbrado a dormitar de un día a otro de este modo gracias a los medios. Es importante resistir el impulso de consumir información para evadirnos y al final terminar sin tiempo o energía para otras cosas.
Buenas noticias
¡No pasa nada si no consumes información! De verdad. Ya habrás notado que, por mucho que te angusties por las tragedias del mundo, en tu entorno la vida sigue. El despertador suena a la misma hora, el cielo es azul y el sol brilla. Tu familia está contigo y tus responsabilidades se limitan a procurar por ellos.
No estás obligado a estar informado de todo. Con frecuencia creemos que es nuestro deber hacer un seguimiento de cada tragedia o escándalo Pero respira aliviado, no es así. A menos que trabajes en la industria de la información, puedes desconectar tranquilamente y centrarte en tu hogar, en tu vida y en tu comunidad.
Yo no sé qué famoso se ha divorciado, se ha casado o ha salido en un vídeo porno amateur. No tengo ni idea de en qué anda la familia real metida, he perdido la cuenta de los casos de corrupción política, no sé cuántos muertos más se acumulan en las guerras exteriores, tampoco sé cuántos asesinatos con posterior suicidio se han cometido en los hogares de la nación, ni cuánto han bajado las acciones de RENFE. No tengo ni idea de quién es Taylor Swift, y ni siquiera estoy segura de si “la canción del verano” sigue existiendo o si ya hemos dejado de hacer esas cosas. ¡Y te aseguro que soy muy feliz!
La dieta baja en información
Seguir una dieta baja en información puede aportarte muchos beneficios, entre ellos:
desocupar tu mente para cosas más relevantes
reducir tus niveles de estrés
estimular tu creatividad
No se trata de fomentar la ignorancia como estilo de vida sino, al contrario, se trata de optimizar nuestra energía y recursos para priorizar lo que es importante.
El tiempo es un recurso escaso. También lo es la energía de la que disponemos para hacer cosas. Asegúrate de estar invirtiendo tu tiempo y tu energía en las cosas que te hagan feliz.
El truco es muy simple: no consumas medios
En lugar de eso, aprende cosas de forma más constructiva. Aléjate de los canales de noticias, periódicos y revistas, y de toda industria que se dedique a la producción de información. Sustituye el consumo de esa información con otras formas de conocimiento.
Leer blogs sobre estilo de vida, salud, cultura… o cualquier tema que te apasione. Investiga sobre los temas que más te interesen. Escucha podcasts y lee libros. Mira documentales sobre sociedad o naturaleza. Mira TED Talks. ¿Te apasiona la educación? Sumérgete en la blogosfera de la educación alternativa. Únete a comunidades de profesionales donde puedes conectar con gente que comparta tus intereses. ¿Te interesa el deporte? Echa unas canastas con tus amigos, únete al equipo de tu barrio, participa en torneos, ofrécete como entrenador en una escuela.
En lugar de leer el cotilleo del día sobre los actores, modelos, cantantes, políticos o príncipes, lee sobre gente interesante. Piensa en aquellas personas que admiras, aquellas que han logrado las cosas que tú quieres hacer, los modelos a seguir. Lee sus biografías, aprende de sus experiencias.
¿Quizá te apetece un poco de distracción? Mira películas y series, pero evita verlas en canales con anuncios. Nosotros tenemos Netflix y de ahí sacamos todo nuestro entretenimiento audiovisual. No hay anuncios, puedes elegir lo que quieres ver y las opciones son infinitas. No tenemos cable, TDT ni nada de eso. Hace 10 años que no vemos la tele convencional y no lo echamos de menos.
Facebook se ha convertido en un escaparate de moda y menús del día, con una buena dosis de competición por la vida social más emocionante, debates, disputas y un puñado de marujas que siempre husmea nunca dice nada. No te aferres demasiado a las redes sociales, pasa tiempo con las personas. No tomes Facebook como fuente de información sobre la gente a la que amas.
Tabla de sustituciones
Con esta tabla de sustituciones, puedes reemplazar los canales habituales de información con alternativas constructivas, estimulantes y divertidas. ¡Pruébalo durante una semana y notarás la diferencia!
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