Desde antes de que conociéramos la profunda relación entre la quema de combustibles fósiles y la problemática del cambio climático, y que nos diéramos cuenta de la forma en que los precios del petróleo lanzaban una sombra amenazante sobre los mercados internacionales, ya sabíamos que no eran un recurso interminable.
Es uno de esos casos donde la costumbre lleva a una visión sesgada de la realidad, nuestra civilización se acostumbró tanto al uso y consumo de los combustibles fósiles y sus derivados que en algún momento asumimos que duraría para siempre, pero no puede ser así.
Incluso si el avance desmesurado del cambio climático no nos obligase a limitar nuestro consumo de combustibles fósiles en pro de la sostenibilidad, eventualmente nos veríamos obligados a abandonar su uso una vez que se agotaran las reservas.
Por tanto no queda duda de que, de un modo u otro, nos veremos en un futuro donde no podemos depender de los combustibles fósiles y es mejor prepararnos para él.
Un futuro sin carbono
Partiendo de esta premisa, debemos suponer que en un futuro sin acceso a combustibles fósiles no podremos suplir nuestras necesidades energéticas con las centrales de carbón y gas a las que estamos acostumbrados.
En ese caso, lo más probable es que el suministro energético dependa de centrales dedicadas a las formas de energía renovables, parques eólicos y solares, instalaciones hidroeléctricas y centrales geotérmicas, entre otras.
La producción de estas centrales dependerá en gran medida de las condiciones ambientales y su distribución geográfica de tal manera que su flujo de energía podría variar a lo largo del año, además puede anticiparse que la población civil se reorganizará para aprovechar mejor las condiciones ambientales que permitan un mejor rendimiento energético.
Además de esto, también es importante anticipar que el agotamiento de los combustibles fósiles afectaría fuertemente a los medios de transporte tal y como los conocemos hoy en día.
Pasaremos de una sociedad donde los vehículos automotores de uso personal se consideraban algo común a otra donde su uso palidecen ante la importancia del transporte público.
También se vería un aumento en el uso de vehículos de propulsión humana y animal alrededor del mundo, principalmente porque al no necesitar una fuente de energía externa serían más eficientes para distancias cortas.
Debido a esto se estima también que en el futuro las comunidades serán más autónomas en lo referente al suministro de energía y recursos, reduciendo así la necesidad de transporte de mercancías a lo largo de grandes distancias y permitiendo un mayor índice de desarrollo local que genere una menor desigualdad entre distintos centros urbanos de acuerdo con los objetivos de la sostenibilidad.
La garantía de un futuro
Pero el cambio más significativo en un mundo donde no se queman combustibles fósiles es que tendríamos a nuestro alrededor un ecosistema más estable y saludable, los centros urbanos construidos bajo los principios de la sostenibilidad coexistieron de manera armoniosa con el medio ambiente resultando en una conservación más eficiente de la biodiversidad.
El beneficio más grande que nos ofrecería la ausencia de combustibles fósiles sería la oportunidad de continuar con nuestro desarrollo de una manera diferente, más responsable con nuestro planeta.