Esta historia es aterradora y un motivo más para luchar contra la de violencia de genero que parece no tener fin en una sociedad todavía desigualitaria donde la violencia machista sigue siendo la protagonista en la vida de muchas mujeres.
Todo ocurrió en Bilbao, donde la Policía Municipal puso fin al infierno de violencia machista que estaba viviendo una mujer y sus cuatros hijos con edades comprendidas entre los 3 y 7 años, al detener al agresor después de una denuncia de la mujer.
Ella, de 26 años, llevaba 8 años casada con él, y desde el primer día recibió violencia machista (maltrato físico y psicológico), tuvo que soportar palizas aún cuando estaba embarazada, y los hijos recibían golpes, mordiscos y hasta botellazos en la cabeza. Las vejaciones y las agresiones se repetían con mucha frecuencia.
En el 2006, ella puso la primera denuncia, y tardó una semana en formalizarla ya que su marido al enterarse la retuvo una semana en casa encerrada. Una semana que se convirtió en un infierno para ella, ya que recibió golpes con un destornillador y una cadena, hasta fue intimidada con un cuchillo de grandes dimensiones. Los niños también fueron víctimas de esta violencia, ya que en el momento de la detención, uno de ellos presentaba una herida suturada en la cabeza, otro arañazos y mordiscos en las muñecas, el tercero rasguños en el cuello y la menor de todos ellos mordiscos y moratones en las piernas. La mujer retiró la denuncia por recibir amenazas de muerte por parte de su pareja.
En el 2009 dejaron su residencia para irse a vivir al país del agresor, y ahí estuvieron dos largos años, los cuales siguieron siendo un infierno para la familia, las agresiones continuaron y hasta existió una agresión sexual. Pasados estos dos años, regresaron a España, donde la mujer interpuso otra denuncia.
Ahora el agresor está detenido y ha sido denunciado por presunto delito de violencia de género y podría enfrentarse a otro por maltrato a menores.
Fuente: elcorreo.com
¿creeis que se debería hacer algo para erradicar esta violencia?¿debería ser más efectiva la justicia?