Ondas cálidas, sequías y otros eventos de clima severo incrementan el riesgo de que estallen guerras en el mundo, advierten científicos.
Los investigadores llevaron a cabo un análisis estadístico del estallido de conflictos armados y desastres naturales relacionados con el clima entre 1980 y 2010.
Sus hallazgos –que casi uno de cada cuatro conflictos en países con divisiones étnicas coincidieron concalamidades climáticas– sugieren que la guerra debe añadirse al catálogo normal de problemas cuya causa probable es el calentamiento global, como la elevación del nivel del mar, la pérdida de cultivos, la escasez de agua y las inundaciones.
Ambientalistas han advertido antes que si las temperaturas se elevan en forma significativa en el próximo siglo, vastas zonas del planeta podrían volverse inhabitables, lo cual obligaría a millones de personas a emigrar, y ello aumentaría notoriamente el riesgo de conflictos.
Sin embargo, la nueva investigación, realizada por académicos en Alemania, descubrió que ya existe un nexo estadístico entre los estallidos de violencia que cunden y los eventos climáticos extremos.
El doctor Carl Schleussner, del Instituto Potsdam de Investigación sobre el Impacto del Clima, señaló: Los desastres naturales relacionados con el clima tienen un potencial de perturbación que parece concretarse de manera particularmente trágica en sociedades que presentan división étnica.
Los desastres no desencadenan el conflicto, pero pueden acentuar el riesgo de que estalle un conflicto arraigado en circunstancias específicas. Por intuitivo que esto parezca, ahora podemos mostrarlo con solidez científica, sostuvo.
Controversia
La idea de vincular el conflicto con desastres naturales ha suscitado controversia. Por ejemplo, algunos estudios anteriores que compararon las guerras con la temperatura no encontraron un vínculo.
Sin embargo, para este estudio, descrito en un documento en la revistaProceedings de la Academia Nacional de Ciencias de Estados Unidos, los investigadores usaron datos de la firma internacional de reaseguramiento Munich Re.
Esa información se combinó con otra relativa a conflictos y un índice empleado para cuantificar el grado defragmentación étnica de un país.
A escala global se encontró una tasa de coincidencia de nueve por ciento entre el estallido de conflictos armados y desastres naturales como sequías y ondas cálidas. Pero en países con fuerte división étnica, la cifra se elevó a 23 por ciento.
El doctor Jonathan Donges, quien coescribió el documento, expresó: Nos ha sorprendido la extensión en que sobresalen los resultados de los países con fragmentación étnica en comparación con otros rasgos nacionales como historial de conflictos, pobreza o desigualdad.
Creemos que la división étnica podría ser una línea predeterminada de conflicto cuando golpean elementos de tensión adicionales, como los desastres naturales, lo que hace a las naciones multiétnicas particularmente vulnerables al efecto de tales desastres.
Focos rojos
El documento indicó que muchos países africanos y centroasiáticos figuran entre los más fragmentados en ese aspecto y son focos rojos potenciales de riesgo de estallido de conflictos armados.
Los modelos climáticos también sugieren que esas zonas podrían esperar un incremento sustancial en el peligro de eventos extremos.
Las proyecciones de riesgo de conflicto a escala global de aquí al año 2050 indican que esas regiones se ven particularmente amenazadas, lo cual ilustra la importancia de nuestros hallazgos en el contexto de la prevención y desarrollo de conflictos, señala el documento.
Análisis recientes de las consecuencias sociales de las sequías en Siria y Somalia indican que esos eventos climatológicos podrían haber contribuido a los brotes de conflicto armado o a conflictos sostenidos en ambos países. De manera similar, una sequía prolongada podría haber contribuido negativamente a los conflictos actuales en Afganistán.
Una mayor desestabilización en el norte de África y el Levante podría tener efectos extendidos al desencadenar flujos de migración hacia naciones vecinas y destinos remotos, tales como la Unión Europea, agrega el estudio.
El documento enfatiza que la causa de raíz de estos conflictos esespecífica de cada caso, pero advirtió que los desastres naturalestienen el potencial de amplificar las tensiones sociales existentes y, por tanto, desestabilizar aún más varias de las regiones más conflictivas del mundo
¿Fue la guerra civil siria provocada por el calentamiento global?
Una sequía de cinco años, la más larga e intensa que se recuerde, quebró la base agrícola y ganadera de la economía siria. La agitación social y la guerra civil serían su consecuencia. Un anticipo de lo que podría venir para el mundo si superamos los 2 °C.
El calentamiento global golpea a Medio Oriente
El equipo de Kelley considera que el calentamiento global ha tenido dos efectos en esta zona. Primero, debilitó las corrientes de aire que traen nubes cargadas de lluvia desde el Mediterráneo, reduciendo las precipitaciones durante la estación húmeda entre noviembre y abril. Segundo, el aumento de las temperaturas potenció la evaporación de la humedad del subsuelo en verano, lo que remató la situación de un año ya de por sí seco.
La investigación también comprobó que desde 1900 el área del Creciente Fértil -zona que va desde Egipto al Golfo Pérsico pasando por Palestina, el Líbano, el Kurdistán, Siria e Irak-, se ha calentado entre 1 °C y 1,2 °C, y la duración de la estación de lluvias se ha reducido en torno al 10 %. Esto concordaría con los modelos de calentamiento global cuyo origen se debe a la actividad humana, descartándolo así como un fenómeno natural. Los investigadores concluyen que un episodio de esta severidad y duración habría sido poco probable sin cambios a largo plazo, y tal período largo de sequía es dos o tres veces más probable debido al dióxido de carbono generado por el consumo de combustible fósil en la industria y que atrapa el calor en la atmósfera. Desde 1880 la temperatura media de la superficie terrestre ha subido cerca de 0,8 °C y estaría alcanzando 1 °C para finales del 2015 y 2 °C para finales del 2017. Cabe destacar que gran parte del calentamiento global se ha producido en las últimas tres década (en consonancia con el desarrollo de las políticas económicas neoliberales) y este tipo de fenómenos son justamente los que predicen los modelos manejados por el Panel Intergubernamental para el Cambio Climático (IPCC) para esta zona del Mediterráneo, organismo que ya ha predicho que Oriente Medio se secará más en las próximas décadas a medida que avanza el calentamiento global. Por su parte, la Dirección Nacional de Administración Oceánica y Atmosférica de Estados Unidos ha observado una tendencia a la sequía a largo plazo en el mismo Mediterráneo. La conexión entre el cambio climático y la sequía en el este del Mediterráneo es una de las más sólidas en la ciencia, dijeron Seager y otros científicos: Este es el caso individual más claro.
Al mismo tiempo científicos y especialistas califican este estudio como uno de los vínculos más detallados y fuertes entre la violencia y el cambio climático. Martin Hoerling, meteorólogo de la Administración Nacional de los Océanos y la Atmósfera, y que ha producido estudios en los que descarta el papel del calentamiento global en algunas sequías de Estados Unidos, elogió las argumentaciones calificándolas de bastante convincentes respecto a la sequía siria y la violencia relacionada al cambio climático. Doreen Stabinsky, profesora de política ambiental en la Universidad del Atlántico, dijo que, evidentemente, la guerra en Siria es una situación compleja que no puede explicarse exclusivamente por la sequía y el colapso de los sistemas agrícolas, pero que sin embargo, sabemos que la producción agrícola será una de las primeras víctimas de la catástrofe climática que se está desarrollando. Lo que demuestra esta investigación es que los efectos del clima sobre la agricultura están sucediendo ahora, con consecuencias devastadoras para aquellos cuyos medios de vida se basan en la agricultura. Podemos esperar, incluso en el corto plazo, más de este tipo de impactos en los sistemas agrícolas que conducirán migraciones a gran escala, dentro de los países y entre los países, con un costo humano, económico y ecológico importante. De hecho, el cambio climático no es una amenaza lejana de consecuencias que se producirán en 2050 o 2100. Solomon Hsiang, profesor de política pública en la Universidad de California, que ha estudiado los vínculos entre el clima y el conflicto, asegura que es el primer trabajo científico que hace hincapié en que el cambio climático causado por el hombre ya está alterando el riesgo a gran escala de disturbios sociales y violencia. Marshall Burke, científico ambiental en la Universidad de Stanford, argumenta: Ocurrieron muchas cosas en esta región y en el mundo durante ese periodo, como la subida de precios de los alimentos y el comienzo de la Primavera Árabe, que podrían haber aumentado también la probabilidad de un conflicto civil”. Sin embargo, añade, el estudio muestra con gran evidencia estadística que los cambios en el clima están vinculados con el conflicto.
¿La primera guerra climática?
Guerra climática es un término acuñado por el psicólogo social alemán Herald Welzer para referirse a los conflictos bélicos detonados por modificaciones en el medio ambiente, particularmente provocados por el calentamiento global. Estos cambios provocan una alteración radical de las condiciones de vida ante la falta de agua y alimento, generando un aumento exacerbado de la violencia, desplazamiento de refugiados, genocidios, limpiezas étnicas y guerras permanentes.
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