Pues venga, ahora imaginaos una aldea en medio de la nada, sin agua corriente ni electricidad, con casas de adobe y donde el móvil es un lujazo y lo de las redes sociales mejor lo dejamos para otro día.
Sí, hablamos de Bodouakro, y os contaré qué hacemos para que esas cartas que escribís lleguen y lo que significa la correspondencia para los niños.
Primero, avisar a los padrinos y madrinas para que aquellos que lo deseen se pongan manos a la obra y escriban una bonita carta con fotos o dibujos incluidos a sus niños.
Y ya de entrada cuando aviso se produce el maremágnum. Primero, algunos la envían rápido. Segundo, los que lo dejan para el último momento y tercero, siempre siempre tengo algún despistado/a que cuando se han enviado pregunta por la fecha limite porque no la recuerda. Jajajajaja, ¡me encanta tanta diversidad! Supongo que otros lo odiarían, no es mi caso, veo la implicación.Traduzco, registro y envío por email todas ellas.
Lo segundo es dar orden al “cartero” para que se vaya preparando, esté pendiente de la llegada de las cartas y una vez recibidas… corriendo a entregarlas.
Foto vía Aidén Calvo de Miguel.
Y lo tercero, el tiempo. No hablo del tiempo que emplearemos en llevar a cabo la actividad para que la comunicación entre padrinos-ahijados sea fluida, hablo del tiempo meteorológico de Costa de Marfil. En época de lluvias… ocurre lo que veis. Este es el camino a Bodouakro, como bien suponéis, de asfalto nada de nada, tierra apisonada únicamente gracias al trasiego de gente y gracias. Lo que para nosotros supone un recorrido de media hora, se convierte en un viaje de casi tres allí. Os lo puedo asegurar porque lo he vivido, montada en la moto con mi compañero en viaje de vuelta a Daloa. No quiero recordar el dolor al bajarme ni los golpes de un casco demasiado grande para mi cabeza con los baches del camino… ¡me dolían hasta las pestañas!
Aprendí a valorar el trabajo de François y a dar gracias por tenerle ahí, dispuesto siempre a hacerlo lo mejor posible.
Foto vía Aidén Calvo de Miguel.
Cuando mi compañero aparece en Bodouakro los niños se dan cuenta enseguida que algo hay. Muchos padrinos me comentan que sus niños son muy serios, pero lo único que ocurre es que posan para las fotos. Esto es lo que sucede cuando “el cartero” François aparece de improviso.
Las cartas se reparten y los niños las leen y escriben las respuestas a sus padrinos. Naturalmente esto no ocurre el mismo día, siempre hay algún pequeñajo que por algún motivo no ha ido al cole, así que nos tocará volver dos o tres o más veces a por ella. Creo que François puede hacer el camino Daloa-Bodouakro, Bodouakro- Daloa con los ojos cerrados, en época de lluvia y sin meterse en un solo socavón.
Las cartas de los padrinos son una ventana al exterior para estos niños, les muestran otros mundos con ciudades que buscan en el mapa de la escuela, les ayudan a pensar que también ellos quieren seguir estudiando (algunos quieren estudiar la profesión de sus padrinos) y les fuerza a escribir y leer mejor.
Foto vía Aidén Calvo de Miguel.
Ojala dentro de poco todos ellos deban esforzarse, eso significaría que cada uno recibe una carta o pinta un dibujo porque hay una madrina o un padrino implicado en su educación. Aunque tuviéramos que comprarle una saca a nuestro cartero particular. Aunque tuviera que “llamar” más de 10 veces.
Significaría el pleno apadrinamiento en Bodouakro.
Aidén Calvo de Miguel
Apadrinamientoacalvo@globalhumanitaria.org