Por: Red de Ciudades por la Bicicleta al 2012
Es la pregunta que nos hacemos muchos a fin de medir los beneficios de contar en las ciudades con un sistema de bicicletas patrocinada por el sector público. En España, la Red de Ciudades por la Bicicleta divulgó recientemente un artículo de Esther Anaya, especialista en el tema de la movilidad en bicicleta, en el que se aportan datos sobre dicho sistema.
Por principio cabe señalar que en España los servicios públicos de alquiler de bicicletas han demostrado ser muy efectivos para introducir este vehículo no contaminante en las ciudades, pero a veces se cuestiona su costo económico. El caso más paradójico es el de Madrid, donde, a pesar de los problemas de contaminación del aire, sigue parado el proyecto MyBici de bicicleta pública por las dificultades presupuestarias.
¿Cuál es el costo real de este tipo de sistemas de alquiler?
Esther Anaya ofrece datos muy interesantes sobre lo que ocurre con el Bicing de Barcelona. Utilizando datos del propio servicio de alquiler, esta experta en bicicleta pública asegura que la inversión inicial del Bicing es de 15.9 millones de euros. Por su parte el ayuntamiento de Barcelona coloca esta cifra más cerca de los 10 millones.
Esto se refiere al dinero necesario para crear toda la infraestructura requerida: 6 mil bicicletas, 400 estaciones, las furgonetas para recolocar las bicis, por ejemplo. Pero luego hay que añadir los costos anuales de personal y explotación: sueldos de los trabajadores, reposición de bicicletas, carburante para las furgonetas, especialmente. Anaya considera 5 millones anuales en costos de personal (250 empleados) y otros 10.2 millones en los de explotación.
En total, estimando una amortización anual de 3.4 millones para la inversión inicial, la especialista calcula que el Bicing de Barcelona cuesta al año unos 18 millones de euros. ¿Esto es mucho? Hay diferentes formas de medirlo.
Como explica Anaya, una de ellas es ver qué parte de los costos se cubre con lo que pagan los usuarios. Según considera, con los 35 euros que cuesta cada abono anual para poder utilizar las bicis y las penalizaciones por incumplir los tiempos de préstamo, se recuperarían unos 4.7 millones anuales, teniendo que hacerse cargo el ayuntamiento de Barcelona de los otros 13.3 millones que, se supone, salen de lo que pagan los conductores por el estacionamiento regulado (parquímetros) de coches en la calle.
Dado que son cerca de 11.2 millones los viajes anuales realizados en Barcelona con estas bicicletas públicas, el ayuntamiento estaría pagando alrededor de 1.2 euros por cada desplazamiento. Esta estimación se acerca bastante a la información aportada por responsables de movilidad del ayuntamiento de Barcelona sobre la parte de los costos que cubre la tarifa pagada por los usuarios en cada medio de transporte: 28.4 por ciento en el caso del Bicing, 38.4 por ciento en el de los autobuses, 59.6 por ciento en el del metro y 19.5 por ciento en el del tranvía.
El servicio público de bicis no es más barato que los otros medios de transporte, pero tampoco más caro, recalca Anaya. No se gana dinero, al igual que ocurre con el resto de transporte público. Pero estas cifras tampoco reflejan todos los costos.
Por ejemplo, no tienen en cuentas las externalidades, los costos ambientales y sociales que paga el conjunto de la sociedad por el uso de determinados medios de transporte, que se supone que pueden reducirse de forma considerable si se fomenta el uso de un vehículo no contaminante como la bicicleta.
En realidad, tampoco resulta sencillo poner precio a los atascos de tráfico o a los efectos de la contaminación: ¿Cómo se puede calcular el impacto en la salud del servicio Bicing de Barcelona? Justamente, esto es lo que analiza un estudio publicado hace unos meses en el British Medical Journal (BMJ), realizado por David Rojas-Rueda, un investigador del Centro de Investigación en Epidemiología Ambiental (CREAL). En este trabajo se estudian los diferentes riesgos para la salud de desplazarse en Barcelona subido en una bicicleta pública o en un coche.
Los citados investigadores consideraron que los usuarios del Bicing pedalean, en promedio, unos 14.1 minutos por viaje mientras que los conductores que están dentro del coche unos 8.4 minutos. A partir de esta estimación, calculan entonces la cantidad de contaminantes que respiran en ese tiempo (partículas de carbono negro y PM2.5), las posibilidades de sufrir un accidente o las consecuencias de realizar más o menos ejercicio físico.
Rojas Rueda calcula que los beneficios de realizar ejercicio encima de una bicicleta en Barcelona son 79 veces mayores que los riesgos de inhalar más contaminación o sufrir un accidente. Es más, el estudio estima que el Bicing evita cada año 12 muertes prematuras. Aunque para llegar a este resultado se contempla como hipótesis que el 90 por ciento de los que ahora usan la bici pública antes se desplazaban en coche, lo que no ocurre en verdad en Barcelona.
Para aproximarse más a la realidad, los investigadores analizan también otro escenario distinto en el que un 60 por ciento de los usuarios del Bicing antes se movían en transporte público, un 30 por ciento iba andando y un 10 por ciento usaba el coche. Con estos nuevos parámetros, el trabajo asegura que el Bicing sigue evitando 10 muertes prematuras.
Sería bueno saber los costos de este servicio en la Ciudad de México, como referencia para los futuros programas de bicicletas públicas que se establezcan en el país. Pero cabe adelantar que, como señala Xavier Treviño de la organización civil ecológica Mundo Ceiba, en nuestro país un gran porcentaje del presupuesto público de inversión está dirigido al transporte y la vialidad, sobre todo para movilidad motorizada privada y pública.
En el caso de la bicicleta, se requieren bajas inversiones para obras de infraestructura vial y para su mantenimiento, puesto que no son necesarias grandes obras que aumenten el flujo de vehículos. El costo de un estacionamiento para bicicleta es de aproximadamente 5 por ciento del costo de uno para un automóvil motorizado. En Holanda, para el 29 por ciento de viajes en bicicleta se invierte nada más el 6 por ciento del presupuesto gastado para transporte y vialidad.
La bicicleta, más antigua de lo que se cree
Según anota la página Bicicletos, el mundo a golpe de pedal(bicicletos@gmail.com),los testimonios más antiguos sobre este, hoy popular, vehículo se remontan hasta las antiguas civilizaciones de Egipto, China e India.
En un apartado de la obra Codex Atlanticus, de Leonardo da Vinci, ya aparecía un dibujo de una bicicleta. Leonardo ya pensó en una transmisión de cadena como en las que se utilizan en la actualidad. Estos dibujos fueron dispersados por el tiempo y quedaron recopilados, sin orden ni concierto, en la biblioteca Ambrosiana de Milán.
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