La nueva ciclopista de alta velocidad alejará de las calles a unos 50.000 automóviles al día
Aunque el proyecto todavía está lejos de ser una realidad a gran escala, la apertura de este primer tramo ha dado la vuelta al mundo y se han creado muchas expectativas.
Todavía es un lejano sueño la idea de poder recorrer toda Alemania recorriéndola utilizando carreteras únicamente destinadas a las bicicletas. Por lo pronto, eso sí, podemos contratularnos de su nacimiento.
¿Cómo son y para qué crearlas?
Este tipo de vías rápidas para bicicletas son unas carreteras amplias (tienen nos 4 metros de ancho), iluminadas y sin semáforos, intersecciones ni tráfico. En lugar de éstas se crean pasos superiores e inferiores cuando se llega a una encrucijada.
Por otra parte, aunque se intentan evitar los cambios de nivel, en la práctica esto no siempre es posible, razón por la que este tipo de vías están pensadas sobre todo para las bicis eléctricas. Lo cierto es que estas autopistas son bastante planas, pero las distancias que hay que recorrer y alguna que otra cuesta desaconsejan las bicis convencionales.
Ir al trabajo o a la universidad
El objetivo de esta autopista para bicis es conectar Hamm con Duisburg. En concreto, se espera que su zona de impacto abarque un total de diez ciudades del oeste alemán como las mencionadas o, entre otras, Bochum.
Su creación es una iniciativa de la Regionalverband del Ruhr, una institución que trabaja por lo intereses de unos cinco millones de habitantes de la región. Recordemos que la región o cuenca del Ruhr es una de las áreas metropolitanas más pobladas del país y la mayor área industrial de Europa.
Se trata, en suma, de una iniciativa que busca poner fácil a los ciudadanos a usar la bici para ir al trabajo o a las universidades. Obedece a la idea de descongestionar el tráfico rodado y de trenes en horas punta, con el objetivo de dar respuesta a un uso cada vez mayor de los medios de transporte sostenibles, sobre todo e la bicicleta eléctrica.
Básicamente, se busca que la infraestructura que sirva de impulso decisivo para multiplicar las posibilidades de la bicicleta como medio de transporte. Por lo pronto, el tramo inaugurado puede beneficiar a más de dos millones de habitantes y abarca a cuatro universidades.
Otros proyectos en Londres o Hong Kong
Fomentar el uso de la bicicleta ha llevado a numerosos países a ampliar los carriles bici y las vías rápidas solo para estos vehículos sostenibles. En todos los casos, el objetivo es dar protagonismo a la bici en detrimento del coche, con lo que la aparición de estas curiosas autopistas busca también la movilidad urbana.
La imparable tendencia hacia la urbanización y a los paralelos fenómenos de creación de megalópolis y conurbaciones convierte las vías rápidas para bicis en una solución interesante para desplazarse en este tipo de contexto.
Las autopistas elevadas de Londres para bicis son un ejemplo de este tipo de iniciativas que pretenden potenciar una movilidad urbana más saludable y también baja en carbono.
Los puentes para bicis de los Países Bajos son otro ejemlo. Igualmente, se están construyedo autopistas para bicis en Países Bajos, Dinamarca y Hong Kong. Mientras Holanda ha construido un carril entre Breda y Etten-Leur, de unos 7 kilómetros, Dinamarca cuenta con uno que lo triplica, de 22 kilómetros, para unir Copenhague con Albertslund.
Aunque el problema de la financiación es el mayor obstáculo a la hora de iniciar este tipo de proyectos, también hay razones ser optimistas. Si bien las propuestas difícilmente salen adelante, en Frankfurt y Berlín se están estudiando fórmulas similares.
Para hacernos una idea de la millonada que cuestan, la autopista germana tiene un presupuesto de 180 millones de euros y la de Londres, que cubrirá unos 30 kilómetros de la ciudad y área metropolitana, de unos 900 millones de euros.
El problema de la falta de financiación
Entre otros gastos, se deben afrontar los costos de la construcción, de mantenimiento y la necesaria retirada de la nieve durante largos meses. Unos costos que teóricamente corresponden a los gobiernos locales, pero en la práctica necesita la colaboración del gobierno federal.
La sola construcción de los 100 kilómetros de vía rápida para bicis supondrá dos milones de personas que apostarán por el transporte sostenible. Es decir, se evitará la contaminación de unos 50.000 automóviles, según un estudio de sus impulsores. Una cifra que se multiplicará conforme la autobahn para bicis vaya ganando kilómetros en distintas cuidades del mundo.
Sin duda, la tendencia es clara y actúa de motor. Además, en determinadas zonas, como España, donde la climatología es favorable, podrían encontrarse nuevas ventajas. Al tiempo, claro está, de lo mucho que puede ayudar a nivel turístico.
Encontrar el modo de financiarlas puede ser un obstáculo hoy, pero quizá mañana ocurra todo lo contrario. En realidad, son rentables. Desde un enfoque de cuidado ambiental y de salud pública, promocionar la bicicleta es un buen negocio. Probablemente el problema sea el color del cristal con el que se mira.
Si avanzamos hacia una sociedad más ecológica, todavía con mayor motivo. Y es que la economía verde acaba siendo un negocio redondo. O, la menos, podrá serlo si sabemos hacer bien y a tiempo la transición de un modelo basado en el petróleo a otro bajo en carbono.
rnss
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