El sistema que es alimentado por energías renovables a su vez emite unas cantidades mínimas de CO2 a propósito para de esta forma atraer y atrapar mosquitos.
Según el investigador principal Chong Wen Tong dice que el olor del CO2, producido por la combinación de luz ultravioleta con el dióxido de titanio, es irresistible para los mosquitos. Dice que los niveles de CO2 emitidos por la luz son bajos y quedan compensados por el uso de energía limpia.
“La trampa para mosquitos se aprovecha de las capacidades sensoriales del mosquito engañándolos para desprender un olor similar al de los seres humanos”.
La lampara cuenta con un sistema de trampa que succiona al mosquito a su interior y le impide volar fuera. Este dispositivo fue desarrollado principalmente para combatir la fiebre del dengue, la enfermedad viral transmitida por mosquitos que se ha incrementado 30 veces en los últimos 50 años.
La enfermedad se ha apoderado particular en los países de Asia y el Pacífico, donde 1,8 millones de personas están en riesgo. Malasia experimentó un brote sin precedentes de la fiebre del dengue en el año 2015, que mató a más de 200 personas. En Asia, el costo económico de la enfermedad se estima en $ 2 mil millones al año.
Chong dice la capacidad de la luz para funcionar con energía eólica y solar la hace que sea una opción viable en los países en desarrollo. ” Pudiendo usarse incluso en zonas aisladas y sin red eléctrica.
Ocho farolas se han instalado en el campus de la Universidad de Malasia y otros sitios de Kuala Lumpur como parte de un programa piloto. El equipo de investigación dice que la primera versión de la luz está lista para un acuerdo de licencia con una empresa privada.
Todo el sistema eléctrico queda en la parte superior del poste por lo que el sistema es a prueba de inundaciones algo habitual en la zona.
Fuente: este post proviene de Blog de ecocosas, donde puedes consultar el contenido original.
¿Vulnera este post tus derechos? Pincha aquí.
Creado: