Nestlé ha admitido que ha abusado de los trabajadores que se dedican a la producción de mariscos en Tailandia.
Se trata de migrantes empobrecidos que llegan hasta sus instalaciones atraídos por falsas promesas y son obligados pescar en unas condiciones infrahumanas.
La compañía lo ha anunciado después de un año de investigaciones internas realizadas por la organización sin ánimo de lucro Verité
Nestlé no es el mayor comprador de productos del mar en el sudeste Asiático, pero hace algunos negocios en Tailandia, principalmente para su marca Purina. En concreto, su comida para gatos se nutre de un mercado de trabajo esclavo del que 2.000 pescadores han tenido que ser rescatados debido a las condiciones extremas.
Eran pobres y se convirtieron en esclavos
Provienen de los vecindarios más pobres de Tailandia, Myanmar y Camboya, y quedan atrapados en el trabajo pesquero, en los puertos, fábricas y granjas de marisco.
Los trabajadores están obligados a pagar los honorarios que les cobran ilegalmente los mafiosos que les han conseguido el puesto. De hecho, pagan más de lo que llegan a ganar.
Además de la esclavitud, muchos trabajadores han muerto.
A veces la red está demasiado llena de pescado y a los trabajadores se hunden en el agua. Simplemente desaparecen
“A veces la red está demasiado llena de pescado, pesa y los trabajadores se hunden en el agua. Simplemente desaparecen. Si alguien muere es lanzado al agua”, explicó un trabajador birmano a Verité.
“Llevo 10 años trabajando en este barco. No tengo ahorros. Apenas sobrevivo”, dijo otro.
Verité entrevistó a más de 100 personas. La mayoría han confirmado la violencia y el peligro que al que se exponen en el sector pesquero tailandés. Trabajan sin alimentarse suficientemente, hay desapariciones y se permite el trabajo infantil.
El informe denuncia que todas las empresas estadounidenses y europeas que compran pescados y mariscos en Tailandia están expuestos a los mismos riesgos de abuso en sus cadenas de suministros.
Verité encontró a menores de edad obligados a pescar o trabajar en las cadenas de suministro en pésimas condiciones: sin descanso, sin contacto con el exterior y con una identidad falsa que les permite trabajar de forma ilegal.
El pasado agosto, la corte federal de Los Ángeles, en Estados Unidos, demandó a la multinacional suiza por adquirir más de 13.000 toneladas de materia prima para la elaboración de comida para gatos.
Nestlé había contratado a la compañía tailandesa Thai Union Frozen Products, denunciada por utilizar mano de obra esclava.
Nestlé se ha comprometido a imponer nuevos requisitos a todos sus posibles proveedores y propietarios de embarcaciones. Asegura que contrará a auditores externos para asegurarse que el cambio se lleva a cabo de cara al 2016, según publica US News.
“Los abusos laborales y de derechos humanos no tienen cabida en nuestra cadena de suministro”, afirmó Magdi Batato, vicepresidente ejecutivo de Nestlé, en una declaración escrita.
Por ahora, Nestlé se compromete a mejorar y informar de sus progresos.
rnss
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