Veamos en qué consiste:
En las grandes ciudades cada vez se ven más repartidores a domicilio en bicicleta. Profesionales como telefonistas, teleoperadores, comerciales… etc son cada vez menos los que trabajan por cuenta ajena.
La mayoría de ellos no tendrán contrato de trabajo, o como mucho un contrato mercantil. La cuota mínima de autónomos actualmente son unos 300 y pico euros, independientemente de lo que ingreses, que sumados al seguro y a la asesoría que te deberá realizar las declaraciones, supone una pequeña gran fortuna.
Estos trabajos normalmente implican tener que estar operativo una cantidad indecente de horas al día, porque cuanto más trabajas, más ingresas. Únicamente se paga por servicio recibido, independientemente del tiempo o del trabajo que haya detrás.
Derechos fundamentales de los trabajadores como vacaciones, bajas médicas, antigüedad e indemnizaciones son inexistentes para estas personas.
A menudo en estos trabajos el material lo pones tú: ya sea el teléfono móvil, ordenador, vehículo… todo lo que necesites para trabajar, saldrá de tu bolsillo.
Los inspectores de trabajo llevan tiempo detrás de este tipo de empleos. Este tipo de trabajadores no son autónomos reales, no son libres a la hora de realizar sus trabajos y si tienen una relación laboral con la empresa con la que colaboran. Este tipo de actividades no son legales ni éticas, y estas empresas explotan a sus trabajadores.
Piénsalo la próxima vez que requieras de sus servicios.
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