En los últimos años, el pez cebra (Danio rerio) ha cobrado interés como modelo de laboratorio para estudios sobre genética y desarrollo embrionario, explicó Hilda María Lomelí Buyoli, investigadora del Instituto de Biotecnología de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM).
En palabras de la especialista en Genética del Desarrollo y Fisiología Molecular, este vertebrado acuático y el ser humano comparten el 70 por ciento de información genética y más del 80 por ciento de los genes que se relacionan con determinadas enfermedades embrionarias.
La científica resaltó que aunado a ello, el desarrollo del pez nativo de India y Pakistán tiene lugar en 24 horas. Su facilidad de crianza, mantenimiento y transparencia hacen de esta especie una gran alternativa para estudios de ciencia básica.
Desde hace cinco años, el grupo de la doctora Lomelí Buyoli realiza investigación de laboratorio en esta especie para determinar los genes que influyen en las malformaciones genéticas durante la formación y el desarrollo del embrión.
“La idea es conocer los genes que están involucrados en la formación de órganos o el control de las divisiones celulares en el inicio del desarrollo embrionario; es muy útil para entender, a nivel básico, qué está pasando con personas que tienen una malformación. Cuando entendamos cómo funcionan, podremos explicar su relación con la enfermedad”, afirmó.Bajo este contexto, la también miembro del Sistema Nacional de Investigadores (SNI) con el nivel II explicó que las malformaciones hereditarias, así como el desarrollo de diversos tipos de cáncer y su metástasis, son a causa de la deficiencia y/o desregulación de genes presentes en la embriogénesis.
“Ciertas enfermedades congénitas aparecen por la desregulación de genes involucrados en el desarrollo temprano. Por ejemplo, algunos casos de fibrosis renal se deben a la reactivación inapropiada del gen Snail en el riñón adulto”, comentó.Durante la embriogénesis, añadió, el gen Snail tiene una actividad crucial para la inducción y el desarrollo del mesodermo, pero es indispensable que este se encuentre reprimido en adultos para que se mantenga la identidad epitelial y la homeostasis. Por ello, su reactivación en el adulto provoca enfermedades graves.
Para conocer el comportamiento de estos y otros genes, los especialistas microinyectan moléculas bajo el microscopio para producir alteraciones de la expresión de genes específicos en embriones del pez cebra. Posteriormente, observan el desarrollo de estos y los comparan con aquellos que no tuvieron modificaciones genéticas.
Entre los genes que estudia el grupo de la doctora Lomelí Buyoli se incluye a la familia de Zimp: Zimp7 y Zimp10, correguladores de la transcripción, y al gen BAF57, que forma parte de un complejo que remodela la cromatina, una estructura que empaqueta a los cromosomas.
De acuerdo con las investigaciones de expresión genética embrionaria, los especialistas hallaron que el gen Zimp7 se expresa de manera dinámica durante el desarrollo. A través de estudios funcionales encontraron que dicho gen es indispensable para la formación de los ejes corporales del pez.
El objetivo de estos estudios de ciencia básica, subrayó la especialista, es recolectar información necesaria del funcionamiento de los genes que participan en el proceso embrionario y entender su relación con determinadas enfermedades.
Fuente: CONACYT