¿Qué investigaciones con humanos está permitido realizar? ¿Cuáles son los riesgos y las problemáticas de la experimentación con humanos? ¿Con quiénes y en qué términos es permitido experimentar? Estas y más preguntas son respondidas en el libro Ensayos sobre ética de la salud: investigación, presentado en la XXXVII edición de la Feria Internacional del Libro del Palacio de Minería.
Jorge Alberto Álvarez Díaz y Sergio López Moreno son los coordinadores de esta obra que trata material inédito elaborado por 35 autores, fundamentalmente iberoamericanos. El objetivo es explicar desde diferentes perspectivas el papel que juega el científico y otras instituciones en la experimentación médica con humanos, sobre todo, sus implicaciones éticas.
En la publicación se presentan temas como la vulnerabilidad de los sujetos de investigación, concepto que se refiere al estado de un sujeto que determina su capacidad para tomar decisiones autónomas y racionales, explicó Patricio Santillán Doherty, presentador del libro, director médico del Instituto Nacional de Enfermedades Respiratorias (INER) y presidente del Colegio de Bioética.
También se aborda el tema del consentimiento informado, que no debe verse como un documento administrativo que se tiene que firmar, sino como un proceso en donde los involucrados reciben toda la información que necesitan para decidir si participan en un proceso de investigación o si desean ser excluidos de una investigación que ya haya comenzado, comentó el médico.
El presentador narró una anécdota para explicar la importancia de estos conceptos. En 1796 Edward Jenner, en afán de encontrar una vacuna para la viruela, inocula con material de las llagas de una mujer que había contraído viruela de origen vacuno a un niño de ocho años, hijo de un jardinero; tiempo después inocula al mismo niño con viruela humana (mucho más peligrosa), el niño se mantiene sano.
Este experimento llevó al desarrollo de la vacuna contra la viruela que tanto ha servido a la humanidad. Pero en la actualidad este experimento carecería totalmente de ética y no podría haberse llevado a cabo bajo las mismas condiciones, afirmó Santillán Doherty.
Explicó que este experimento fue realizado en un menor de edad y además hijo de un empleado. Es decir, dos condiciones de vulnerabilidad que coartan la libertad del sujeto a elegir autónoma y racionalmente.
Hoy en día, señaló, el proceso de investigación médica está sujeto a una serie de normas, leyes, reglamentos, códigos y guías. Uno podría pensar, si se necesitan tantas normas y códigos es que no ha de ser muy seguro, no ha de ser muy bueno, y de allí viene la concepción del monstruo de Frankenstein que describió Mary Shelley. Pero eso es una concepción totalmente alejada de la realidad.
Y afirmó que si algo ha permitido extender la media de sobrevida del ser humano de 40 años a casi 80 años en la actualidad en nuestro país, ha sido poder acceder al conocimiento médico científico que se ha desarrollado de manera adecuada.
El coordinador del libro y doctor en ciencias sociosanitarias y humanidades médicas, Jorge Álvarez Díaz, comentó que la primera mitad del siglo XX dejó claro que la investigación con sujetos humanos tiene que ser científicamente diseñada, y la segunda mitad del siglo XX nos enseñó que, además, debe ser éticamente regulada.
Esto explica, dijo, el porqué del surgimiento de organismos supranacionales de bioética (como el Comité de Bioética de la Unesco), otros nacionales (como la Comisión Nacional de Bioética, Conbioética) y la exigencia de que existan comités de ética de la investigación (en México los exige la Ley General de Salud desde 2011). De lo que se trata es de hacer más ciencia, pero no solamente es más ciencia, sino de una forma mejor.
El doctor Santillán Doherty aseveró que la ética en la salud permite a los científicos hacer investigación sin afectar a los sujetos, atendiendo a la autonomía del ser humano, produciendo un beneficio y, finalmente, distribuyendo el conocimiento de cómo hacer las cosas de la manera más justa posible en la sociedad.
Es una responsabilidad ética, de los que trabajamos en el campo de la salud, generar conocimientos nuevos que nos ayuden a mejorar las condiciones actuales de esta práctica, declaró.
Este libro en dos tomos forma parte de una serie de tres. El primer libro lleva como subtítulo "Aspectos clínicos y biomédicos" —dividido en dos volúmenes—, el segundo tiene como subtítulo "Aspectos sociales" —en un solo volumen— y el tercer libro "Investigación" —nuevamente dividido en dos volúmenes.
Los especialistas que colaboraron fueron médicos, farmacéuticos, enfermeros y científicos sociales, que además tienen formación ética o bioética. De modo que no son meras declaraciones de buenas intenciones sino verdaderos ensayos sobre los temas, especificó el coordinador Álvarez Díaz.
Publicados en la serie Textos del Programa Editorial de la División de Ciencias Biológicas y de la Salud de la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM) Unidad Xochimilco, han sido escritos con rigor científico pero con lenguaje accesible para ser útiles y leídos desde estudiantes de pregrado hasta profesionales posgraduados, señaló Álvarez Díaz.
Fuente: CONACYT
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