Ya os aviso que es una lectura larga pero he intentado ser lo más fiel posible a lo que quise transmitir.
Doy gracias a Conxita de MariaDavik por haber confiado en mí y haberme dado la oportunidad de estar en Biocultura y tener el privilegio de poder estar frente a los asistentes (que es algo que me encanta: el tú a tú). Y digo que es lo que me gusta porque gran parte de mi aportación en temas de cosmética natural las tengo que compartir (hoy por hoy) a través de internet. Primero porque tuve la tienda "online" especializada en cosmética natural y segundo porque gestiono el blog (en el ciberespacio) que estáis leyendo.
Que un blog se alimenta de los comentarios públicos es bien sabido, pero también recibo mensajes privados a través del correo electrónico o del formulario de contacto. Os animo a dejar más comentarios y a utilizar el foro (que quiero potenciar).
Y me ha parecido sugerente e interesante empezar con una consulta que me hacen, bastante típica, y que refleja muy bien el porqué bastantes personas deciden pasarse a la cosmética natural. Y que nos puede hacer sacar las conclusiones que he pretendido con la charla, que no es sino otro objetivo que el despertar la consciencia.
ASUNTO DEL EMAIL: A VER QUÉ ME PUEDES ACONSEJAR
A ver, como te explico!!! Soy muy blanca de piel, y parece ser que con los años me he vuelto muy sensible... A raíz del embarazo de mi hija me diagnosticaron piel atópica, desde entonces, tomo "E" cada día, por el picor.
En marzo, empecé con una erupción cutánea en el pecho y la cara. Eran como placas, se me descamaba... el doctor me mandó una crema antibiótica, de cortisona y desapareció. No obstante, se me reseca mucho la cara... sobre todo la zona de la comisura de los labios... también tengo descamación en las cejas y en el cuero cabelludo.
Cuando me ducho, el pecho se me llena de manchitas rojas... que en ocasiones se van, y en otras, permanecen un tiempo. Utilizo jabones de la "I", para piel atópica... champús para el pelo especiales para descamación... un sinfín de productos, caros de narices? que hacen su efecto durante un tiempo, pero que a la larga, todo vuelve a su curso y vuelven las erupciones cutáneas, las rojeces y las descamaciones!!!
Me suelo maquillar todos los días, pero por el miedo a que me ocurriera la mismo... regalé todos mis productos, de "L", "C", etc... y compré en la farmacia maquillaje y polvos de "C"...
(Aquí os dejo el INCI del maquillaje): Aqua, Cyclomethicone, Butylene Glycol, Ethylhexyl Methoxycinnamate, Zinc Oxide, Dimethicone, Phenyl Trimethicone, Octyldodecanol, Cetyl PEG/PPG-10/1 Dimethicone, Isononyl Isononanoate, Magnesium Sulfate, Sorbitan Sesquioleate, Ascorbyl Palmitate, BHT, Ethylene Brassylate, Methylparaben, Phenoxyethanol, Potassium Sorbate, Sodium Dehydroacetate, Tocopheryl Glucoside, Trimethylsiloxysilicate, Xanthan Gum, CI 77491, CI 77492, CI 77499, CI 77891, CI 77007.
Como crema hidratante me compré de la "S". El doctor me mandó para el cuerpo la crema de Eau Thermale de "A", crème peux intólerantes...
(Aquí os dejo lo que dice la marca): Sa formule est spécialement élaborée avec un minimum d"ingrédients sélectionnés pour leur douceur et ne contient ni conservateur paraben, ni parfum, ni colorant, ni corps gras susceptible d"être irritants.
Eau thermale 67%, Vaseline blanche 10%, Polyols 8%, Squalane d"origine végétale 3,5%, (Phénoxyéthanol, acide benzoïque, Chlorphénésine=conservateurs).
Compo INCI : avene thermal spring water. mineral oil (paraffinum liquidum). cyclomethicone. butylene glycol (solvente como el propilenglicol).glycerin. glyceryl stearate(surfactante, emulsionante). squalane. benzoic acid. carbomer. chlorphenesin (conservante). phenoxyethanol. tetrasodium EDTA.triethanolamine.
Espero que con todos estos datos, puedas decirme alguna cosa... aconsejarme!!!...
Nota: he omitido todas la marcas que me expuso y también el nombre de los medicamentos. Pero he incluido el INCI de alguno de los productos.
Cuando recibo estos tipos de emails, realmente es una mezcla de impotencia, de rabia, de pena, de a ver cómo te lo explico, de que la respuesta no es tan fácil y de que yo no soy médico. Yo no tengo capacidad para diagnosticar nada, sólo promuevo la cosmética econatural como alternativa. Porque por mi propia experiencia y por lo que he ido observando a mi alrededor en estos años, en la mayoría de los casos, son resultados más que positivos. Es una nueva forma de entender el cuidado de nosotros mismos, en varios aspectos de nuestra vida. Y es mucho peor cuando me escriben preguntando por bebés o niños (que por desgracia va aumentando).
Lo mejor, eso sí, de cuando te vuelven a escribir diciendo que están mejorando.
Vamos con el email. Para empezar, al menos me dice que tiene un DIAGNÓSTICO: PIEL ATÓPICA y que además, se le empezó a manifestar a partir del embarazo. El "quid" de la medicina es el diagnóstico certero y adecuado. Y ¿quién ha dicho que los diagnósticos son siempre los adecuados?.
REFLEXIÓN 1
Mimamos nuestra piel a nivel externo pero deberíamos entender que es imprescindible mimarla también desde el interior.
Además de que la piel es nuestra barrera protectora, también es la prolongación de nuestro interior, es un chivato de cómo estamos por dentro.
Es importantísimo entender que la cosmética empieza con la nutrición y con nuestro estado emocional.
La piel demuestra en muchos casos (junto con otros síntomas), enfermedades como diabetes, alteraciones de la tiroides, problemas renales, problemas hepáticos, alteraciones hormonales, alergías alimentarias?
Si bien es cierto que algunos padecimientos se deben a una predisposición genética, muchas alteraciones cutáneas tienen un desencadenante de tipo de nervioso.
Cada vez más (incluso por experiencia propia) constato la relación entre problemas cutáneos y nuestro sistema nervioso o nuestras emociones.
En la "dermatología alópatica", se tratan los problemas de la piel sin vincularlos con el conjunto del organismo. A manifestaciones problemáticas de nuestra piel se les trata con parches sin atender a su causa. Es decir, bloqueamos el síntoma con medicamentos (que nos curarán en un principio) pero no se pregunta el porqué de esa manifestación.
Y es que es muy importante tener esa visión holística de nuestro organismo. Si tratamos una afección cutánea como algo aislado, probablemente obtendremos una cura inicialmente, pero nuestro organismo seguirá enfermo y ese desequilibrio se manifestará en otra parte de nuestro cuerpo o resurgirá.
Por ejemplo:
Eccemas por exceso de estrés...
Psoriasis por tristeza, separación...
La dermatitis seborreica por una gran autoexigencia que crea estrés, tensión?
Urticaria o picores por nervios...
Con esto quiero decir que sí, que existen cremas que nos cuidan y que nos ponemos a nivel externo, pero también deberíamos cuidarnos a nivel interno con una alimentación sana, equilibrada, real, alejada de refinados, procesados (y aunque cueste está en nuestras manos el decidirse por unos hábitos nuevos que seguro que nos van a beneficiar enormemente, la voluntad juega un papel muy importante). Eso por un lado, y por otro, sinceramente creo que algo más complicado, como es saber gestionar de manera equilibrada nuestras emociones.
REFLEXIÓN 2
Decíamos que la piel es nuestra barrera protectora, pero además:
Regula la temperatura corporal.
A través de ella eliminamos sustancias nocivas a través de las glándulas sudoríparas.
Absorbe el oxígeno, la luz y el agua.
Y es también un graaaaaaaaaaaaan coladero.
Debemos entender que la piel es impermeable (como un chubasquero), lo que no es impermeable es el manto hidrolipídico que la protege, que no es otra cosa que una emulsión natural que tenemos formada por agua y sebo.
REFLEXIÓN 3
Y ¿qué productos cosméticos ponemos en contacto con nuestra piel?
(Concepto de cosmético según la reglamentación técnico-sanitaria sobre productos cosméticos: Un cosmético es toda sustancia o preparado destinado a ser puesto en contacto con las diversas partes superficiales del cuerpo humano (epidermis, sistemas capilar y piloso, labios, uñas, órganos genitales externos o con los dientes y mucosa de la cavidad bucal), con el fin exclusivo o principal de limpiarlas, perfumarlas, modificar su aspecto y/o corregir los olores corporales y/o protegerlas o mantenerlas en buen estado.)
¿Qué potingues podemos llegar a ponernos cada día? Vamos al lío?
Nos metemos en la ducha:
Champú
Acondicionador
Mascarilla capilar
Gel de ducha o jabón en pastilla
Exfoliantes corporales...
Cuando ya hemos salido de la ducha:
Desodorante
Dentífrico (después de cada comida)
Hidratante facial
Hidratante corporal
Laca, espuma fijadora, geles de peinado
Maquillaje: base con color, corrector, polvo compacto, barra de labios, gloss, máscara pestañas, kajal, colorete...
Perfume...
Por la noche:
Leche limpiadora o productos limpiadores (agua micelar, en espuma, gel, jabón...)
Sérum nocturno o crema de noche...
Y de manera esporádica (o no):
Mascarillas faciales
Exfoliantes faciales
Esmalte de uñas
Tintes capilares
Protector solar...
¿Cuántos productos hemos contado? ¿Más de 15? Eso lo podemos contar? Lo que no podríamos contar con tanta facilidad son las sustancias o ingredientes que contienen esos productos.
REFLEXIÓN 4
En todos esos productos que hemos enumerado, podemos encontrar un sinfín de sustancias químicas que no aportan nada a nuestra piel, sólo consiguen engañar su estado o textura y, lo que es peor, aportan sustancias realmente tóxicas y que están relacionadas con un buen número de enfermedades y muchas de ellas bastante graves.
A pesar de que la cosmética no está regulada. Mejor dicho, si que hay una regulación, pero es una ley ambigua que da manga ancha a empresas cosméticas a sacar al mercado productos donde en muchos casos se incluyen sustancias que no ha sido probada su inocuidad.
Y es que por ejemplo la EWG (Environmental Working Group) advierte que, de las más de 100.000 sustancias químicas conocidas (a pesar de que cada mes aparecen centenares más) hasta la actualidad, sólo el 10 % se han podido constatar los efectos que provocan.
Y es que la industria cosmética mueve muchísimo dinero y como en muchas cosas más que mueve al ser humano, se prima antes los intereses económicos que los de nuestra propia salud.
Hablar de esas sustancias nos llevaría interminables horas.
Esa normativa que decíamos antes, ambigua, permisiva, nada clara, permite el sacar al mercado un producto con sustancias ilimitadas, sin haber sido probadas. Es decir, no se exige que las empresas hagan pruebas de seguridad antes de sacar los productos a la venta.
Pero podemos enumerar algunas de esas sustancias teniendo en cuenta todos los potingues que nos ponemos el día.
Así que yo no quiero en mis champús y geles de ducha "matinales" bases detergentes excesivamente irritantes como el famoso Sodium Lauryl Sulfate, abrasivo y destructor de primer orden de nuestro manto hidrolípico de la piel.
Tampoco quiero parafinas "petrolíferas" como sustitutos de aceites vegetales que me asfixien la piel y que no aportan absolutamente ningún nutriente.
Ni triclosanen mi pasta de dientes, ya que con ciertos aceites esenciales puedo conseguir la acción antibacteriana.
No quiero clorhidrato de aluminio en mi desodorante que mimetiza a nuestras hormonas y, a pesar de que hay estudios contradictorios en resultados de cáncer de mama, yo me limito al principio de prudencia y además tengo alternativas muy efectivas también.
Ni propilenglicol (humectante, acondicionador de la piel) asociado a dermatitis de contacto.
No quiero ftalatos en mis cosméticos y perfumes de estudiado efecto disruptor hormonal. Además en muchas ocasiones no aparecen en el INCI.
Ni siliconas antibiodegradables que engañen con texturas sedosas nuestra piel y nuestro cabello.
Y que voy a decir de los más conocidos, los parabenos (disruptores endocrinos utilizados como conservantes, antifúngicos), los cuales han sido sustituidos por la industria cosmética comercial por otros conservantes, no menos inócuos, y se quedan tan anchos...
Ni metales pesados como el plomo o el mercurio, presente en pintalabios, esmaltes de uñas, dentífricos o protectores solares.
Ni los tan recurridos PEG?s que no hay fórmula que se resista a esta sustancia emulsionante, tensioactiva o solvente (facilitan la penetración del producto) que suelen llevar dioxinas contaminantes? Vamos que se cargan de un plumazo nuestro capa protectora de la piel? Esa que hablábamos de sebo y agua?
Ni los espumosos DEA, MEA, TEA, disruptores endocrinos conocidos por formar nitratos y nitrosaminas, compuestos muy reactivos que pueden llegar a modificar la estructura del ADN. ¡Toma ya! Decir que estas nitrosaminas no aparecen como tal en el INCI sino que se originan a partir de la reacción de las aminas arómaticas como por ejemplo la TEA (Trietalonamina) con conservantes como el bronopol, formaldehido (lo que se llaman agentes nitrosantes).
Y estas sustancias que he numerado son una pizca dentro de las miles que algunos laboratorios farmacólogicos y cosmetológicos se empeñan en "endosarnos".
¿Qué necesidad tenemos en incluir tanta sustancia química en una fórmula cosmética que ponemos en nuestra piel?
Algunos "expertos" nos dicen que las cantidades de estas sustancias contenidas en los productos son mínimas y que "están permitidas", pero si sumanos toooooooodos los productos que podemos ponernos en un día, el final seguro que supera esa cantidad permitida, según intereses de no sé quien... (bueno sí).
REFLEXIÓN 5
¿Y cómo huir de tanto tóxico? Complicado, teniendo en cuenta que nuestra querido planeta Tierra está terriblemente contaminado. Pero en nuestra mano está el optar por las alternativas que no supongan esa carga tóxica.
La ley dice que que los productos cosméticos no pueden contener sustancias clasificadas como carcinógenas, mutagénicas o tóxicas. Pero viendo el INCI de multitud de productos vemos que eso no es así. En muchos casos se estudian las sustancias por separado y se niega su toxicidad pero de lo que existe poco conocimiento es de cómo actúan en sinergia unos ingredientes con otros (que es como normalmente las encontramos en nuestros cosméticos).
¿Por qué se permite el comercializar productos con esa cantidad de tóxicos? (Si está demostrado que fumar provoca cáncer ¿por qué todavía se vende tabaco?)
Entonces HAY QUE Leerse el INCI. Es un listado donde aparecen todas las sustancias que contiene un producto peeeeeeeeeeero no es obligatorio poner todas las sustancias (porque el fabricante puede solicitar el secreto de su fórmula). ¡Así que vamos apañados!
Otro aspecto importantísimo, y ya no sólo en el ámbito de la cosmética sino que lo llevaría a todo lo que consumimos, es preocuparnos por lo que estamos comprando. El hecho de consumir por consumir, de comprar lo que me dicen que tengo que comprar porque sale en la tele o lo dice el famoso de turno, nos hace ser más esclavos del sistema.
En la información y en el conocimiento está el convencimiento o al menos la concienciación a la alternativa, esa que a algunos nos les interese que exista...
REFLEXIÓN 6
Tenemos una buena noticia y podemos encontrar alternativas. Y esa alternativa la encontramos en la cosmética econatural.
Seguimos con el vacío de leyes y actualmente no hay una ley que nos aclare que signifca cosmética natural y que significa cosmética ecológica. Por ello se han creado unos sellos certificadores que avalan unos criterios para considerar un cosmético sea natural, natural con ingredientes ecológicos o ecológico. Cada certificadora tiene unas particularidades, pero por lo general podríamos decir que un producto verdaderamente natural es aquel que:
La mayor parte de los ingredientes son naturales o de origen natural (mínimo del 90-95%).
No se incluyen materias primas, especialmente compuestos químicos, sobre los que existen dudas sobre su inocuidad para las personas pero también para el medio ambiente.
No están testados en animales, ni el producto final ni tampoco sus ingredientes.
No contienen OGM (organismos modificados geneticamente), ni se admiten procesos que impliquen el uso de tecnologías como nanotecnología o irradiación (se le conoce también como pasteurización fría. Es un tratamiento con ondas electromagnéticas gamma para prevenir infección por microorganismos como bacterias u hongos. Pero es una técnica muy nueva que requiere de más estudios).
Así que mientras pueda, voy a optar por la cosmética natural y/o ecológica. Eso sí, siempre mirándome bien el INCI, que también hay algún listillo por ahí que nos da "gato por liebre" y, eso encima, me enfada más...
Y me enfada porque ahora al parecer ?hay que estar a la moda? y subirse al carro de lo verde y lo bio y lo eco y lo natural y lo no parabenos?
Da igual que la crema de turno súper fantástica, que la utiliza la súper modelo del momento, lleve en penúltimo lugar del INCI extracto de aceite de argán (extracto ¿eh?) y que el resto de los 45 ingredientes sean algunos de los que hemos enumerado anteriormente. Da igual, en el anuncio van a poner crema super nutritiva con argán...
Hay marcas de cosmética que nos hacen creer que son naturales. Sí, nos dicen que llevan extracto de manzanilla o de rosas o de vete tú a saber el qué (incluso ingredientes inventados). Ojo con éstas porque puede llevar a personas que quieren empezar con la cosmética natural a creer que se están poniendo algo más natural y resulta que luego llevan sustancias químicas y un porcentaje mínimo, y habría que ver el origen, de lo que resulta ser natural o su reclamo publicitario... es lo que conocemos con el moderno término de greenwashing.
Para mí un aspecto muy importante es saber (que no es fácil desde luego) que filosofía persigue la empresa que lanza un producto para el cuidado de nuestra piel. Qué compromisos éticos persigue tanto con las personas como con el medio ambiente.
Sabemos que hay sellos certificadores y que, en cierta manera, avalan las cualidades de un producto, pero hay empresas que no poseen certificación y que ofrecen formulaciones excepcionales e ingredientes de calidad y en muchas ocasiones de origen biológico.
La cosmética econatural bien formulada ofrece resultados fantásticos y se pueden observar mejorías muy satisfactorias.
Debemos informarnos. Existe una gama muy amplia para poder escoger.
Muchas personas se pasan a la cosmética natural porque han desarrollado problemas cutáneos, alergias, dermatitis y encuentran, no sin antes haberse recorrido bastantes consultas médicas, en la cosmética natural su solución. De hecho, me consta que muchos negocios que abren y que han abierto de cosmética natural son de personas que han tenido problemas de piel.
El utilizar ingredientes derivados de lo que nos ofrece la naturaleza, que sí que es afín a nuestra piel como aceites vegetales, extractos de plantas, aceites esenciales, mantecas? por lo general nuestro organismo los reconoce, los tolera, los acepta?
Aunque de los ingredientes que hemos hablado suelen ser los principios activos, no debemos olvidar que los componentes que dan muchos problemas en la cosmética convencional son los aditivos: conservantes, colorantes, aromas, color? En cosmética natural hay una restricción en el uso de muchos aditivos que son, en gran parte, los culpables de muchas reacciones en la piel.
Resumiendo de lo que le podríamos decir a nuestra lectora:
Mimar la piel desde el interior: alimentación sana, agua, suplementación específica (nutricosmética)?
Equilibrio emocional.
Huir de ambientes contaminados. No utilizar productos de limpieza sin la protección adecuada.
Leerse el INCI. Desconfiar de cremas que ofrecen resultados milagrosos.
El lugar donde se dispensa un producto no es garantía de que sea natural ni "bueno".
Que un producto cueste mucho dinero, no es garantía de que sea el mejor.
No creer que todas las marcas que dicen que un producto es natural, realmente lo sea (informarnos).
Optar por la verdadera cosmética econatural.
Visitar a profesionales con una visión holística del ser humano y que, en la mayoría de las veces, se consigue una comunión perfecta.
Eliminar algunos productos diarios de cosmética que casualmente son los que menos caso hacemos al pasarnos a la cosmética natural como son los desodorantes antitranspirantes, maquillaje (que llevamos muchas horas en nuestra piel), eliminar geles de ducha que destruyen nuestra protección natural y los perfumes (no aplicarlos directamente en la piel) como mínimo...